El relevo en la CECA, en fase crítica

El relevo al frente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) ha entrado en una fase crítica. A dos meses para que acabe el mandato de Juan Ramón Quintás, parecía que el nombre del sustituto estaba consensuado y que Amado Franco, presidente de Ibercaja, ocuparía el cargo para el próximo periodo. De hecho, es el único que lo ha reconocido públicamente.

Sin embargo, en las últimas semanas ha habido interferencias provenientes del entorno gubernativo, a las que se han sumado otras internas, amparadas en la necesidad de que sea uno de los pesos pesados del sector el que deba conducir los destinos de la CECA. Es decir, el representante de una gran caja.

El grupo de las grandes lo forman La Caixa (presidida por Isidro Fainé) y Caja Madrid (Rodrigo Rato) y, en menor medida, las valencianas Bancaja (José Luis Olivas) y la CAM (Modesto Crespo), la andaluza Unicaja (Braulio Medel) y la vasca BBK (Mario Fernández). Muchos focos apuntan a Fainé, comprometido con el desarrollo del sector, pero de ahí a que quiera o vaya a presidirlo va un trecho, aunque al Gobierno le encantaría. Tendrían que aceptarse varios enfoques y exigencias.

Hay teorías para todos los gustos a favor y en contra de que sea una gran caja. Pero, contra la idea de que tiene que ser el presidente de una de las grandes el que debe estar al frente, que con todo lo que se viene encima se justifica, está la de los que opinan que es mejor que sea una de las medianas -saneadas, eso sí- la que figure al frente. En ese pelotón figura, precisamente, Ibercaja. Se da la circunstancia de que el antecesor a Quintás fue un presidente de esta caja, Manuel Pizarro. Hay quien sostiene que este pormenor ha podido volverse en contra de Franco por la ascendencia de Pizarro y su ligazón al PP. No obstante, el actual presidente de la caja aragonesa siempre ha mantenido una exquisita equidistancia política.

La oportunidad de debatir este asunto llega el miércoles, 17 de marzo, en el consejo de administración de la CECA que celebran en Sevilla, y donde se espera que se despejen muchas incógnitas.

También podrán abordar allí la evolución de la reestructuración del sector y los ataques que recibieron el jueves por parte de los bancos. Siempre se han guardado respeto, pero ahora que se va Quintás parece que quieren enviar un recado al sustituto.

El jueves, en un acto organizado por APD y Deloitte, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, lanza una batería de andanadas: urgió a que aceleren la reestructuración y culpó del retraso a sus gestores, a los que pidió que no busquen excusas. También sacó a colación a CCM y se preguntó si daba créditos. Le secundaron en las críticas el presidente del Banco Popular, Ángel Ron, y el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz.

Así que el que llegue a la CECA tendrá que marcar el territorio frente a esos ataques. Las cajas los achacan a que les han rebasado en créditos, han crecido más en depósitos en 2009, tienen la misma morosidad y mejor cobertura. Es decir, les quitan negocio. Y, en ese sentido, el presidente de CCM, Xabier Alkorta, le comentó al final a Martín que a él y a los que tienen garantías como él les concede todos los créditos que quieran.

Pero la reestructuración de las cajas parece inacabable. En junio se acaba el periodo para las ayudas y apenas hay procesos en marcha. El Banco de España parece desbordado y el gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ya no sabe qué hacer para apremiar a estas entidades.