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DANZA | La semana por delante

El toro como destino

Un torero en soledad, un mozo con aspiraciones, un hombre que se transmuta en toro, una cantaora que desgrana coplas en estilo antiguo, un piano en las sombras del que emergen reconocibles ráfagas de Granados. Con estos elementos y una idea cercana al ritual, el director teatral Jaume Villanueva presenta El llanto (sala pequeña del teatro Español, hasta el día 28, 20.30), para dos bailarines experimentados: Nacho Blanco como el torero y Frederic Gómez como el toro, que a la vez van dando aliento a otros caracteres con sutiles cambios de acento y de vestuario. Al cante (y llevando gran parte del peso de la pieza) Juana García; al piano, Rafael Plana. Los versos lorquianos a Ignacio Sánchez Mejías son enarbolados como esqueleto lírico de la obra en que se suceden escenas simbólicas de lidia y muerte, de atracción y de trágicos destinos. El formato de cámara y la proximidad de los bailarines favorecen una atmósfera que se acerca sin timidez a los estereotipos que rodean la fiesta y su estética.

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