Las playas heridas miran al cielo
La Junta y la Dirección de Costas pretenden recuperar el litoral dañado por el temporal para Semana Santa
Si el litoral andaluz, especialmente el de Huelva y Cádiz, fuera un enfermo, se podría decir que ha quedado gravemente herido tras los temporales en bucle de este invierno. Después de tres meses de lluvias y vendavales continuados, gran parte de los 945 kilómetros de costa, el principal imán turístico de la comunidad, presenta un aspecto desastroso: en El Puerto de Santa María y Rota (Cádiz), el agua choca directamente contra las rocas de los espigones o los paseos marítimos. La arena de las playas onubenses de El Portil, La Antilla o Mazagón ha desaparecido o se ha convertido en una irregular alfombra de barro y rocas. En Málaga, también muy afectada, muchos arenales han quedado dañados, especialmente en la zona de Estepona y la Axarquía. Granada y Almería, pese a haber sufrido menos daños estructurales, han visto sus playas llenas de desperdicios o de cañas arrastradas por los arroyos desbordados.
Los empresarios turísticos piden celeridad para las reparaciones
El Gobierno ha destinado 80 millones para arreglar las playas
El Gobierno central ha destinado 80 millones de euros para "acondicionar y limpiar" las playas sobre todo en aquellos casos en los que no se recuperarán por la acción natural del mar.
Los empresarios turísticos reclaman a la Dirección General de Costas, a la Junta y a sus Ayuntamientos celeridad para tener las playas listas para la Semana Santa. La Administración ya está trabajando para adecentar los arenales, pero los operarios trabajan pendientes del cielo, ya que un nuevo temporal, cosa nada descartable, podría hacer inútiles los esfuerzos.
El consejero de Turismo, Luciano Alonso, pidió que cese el alarmismo sobre el deterioro de las playas, reivindicación compartida por los empresarios, temerosos de que las informaciones sobre el temporal "espanten a los turistas".
Lo que sigue es la situación del litoral por provincias:
Huelva Sin arena, ni paseos
El litoral onubense ha sufrido destrozos de punta a punta. El desbordamiento del Guadiana inundó algunas barriadas en Isla Cristina y Ayamonte; y se han perdido enormes cantidades de arena en playas de La Antilla o Mazagón, donde además se rompió un colector que provocó vertidos de aguas fecales al mar. Los destrozos en los paseos marítimos de Punta Umbría y Matalascañas necesitarán al menos los 5,8 millones de euros que el Gobierno central ha invertido en la limpieza y acondicionamiento del litoral onubense ante la llegada de la Semana Santa. El sector hotelero señala que, de momento, no hay un número "significativo" de anulaciones aunque en lugares clave como el Parador de Mazagón se han cancelado el 15% de las reservas.
Cádiz Arenales nuevos
El manto de arena blanca del litoral gaditano ha dejado de serlo. En playas de Chiclana y Cádiz la fuerza de las olas ha formado peligrosos escalones de casi un metro de altura, que hacen impracticable esta franja costera. La Demarcación de Costas Andalucía Atlántico, que ya ha actuado este invierno con obras de emergencia en Rota y Chipiona, anuncia medidas especiales por valor de 1,4 millones de euros, aunque ve difícil que estos trabajos puedan comenzar antes del mes de mayo. Costas reconoce que habrá que actuar en arenales de Cádiz, El Puerto, Rota, Chiclana, Chipiona y Conil ante la certeza de que las playas no se regenerarán por sí solas.
La playa de La Barrosa, en Chiclana de la Frontera, necesitará 50.000 metros cúbicos de arena para reponer la pérdida, y el Ayuntamiento de Cádiz adecentará por su cuenta las playas de La Victoria, cuyas alcantarillas han quedado al descubierto, y de Santa María del Mar. El presidente de la patronal hostelera gaditana, Antonio de María Ceballos, ha hecho un llamamiento a Costas para que actúe con urgencia antes de Semana Santa. Los responsables de la Demarcación se esfuerzan diariamente en explicar que cualquier aporte de arena antes de mayo podría ser inútil puesto que la temporada de temporales todavía no ha terminado.
Málaga Retirada de residuos
Costas ha doblado los equipos que tiene trabajando en las playas de Guadalmar (Málaga), Marbella, Rincón de la Victoria y Vélez-Málaga, para que estén listas para la Semana Santa. Dos arenales de Vélez han sido cerrados esta semana por la aparición de medusas carabela portuguesa, muy peligrosas. En la capital se han retirado dos millones de metros cúbicos de residuos, nueve veces más que en un año normal.
Granada y Almería Cañas y basura
Los principales daños en el litoral más oriental han sido los arrastres de cañas y de residuos, que los municipios se apresuran en retirar ante la llegada de los turistas. En Almería sólo han sufrido daños significativos nueve playas: en Adra (3), Almería (3), El Ejido (2) y en Pulpí una. Del temporal tampoco han salido indemnes lugares tan populares entre foráneos y autóctonos como Guardias Viejas o Cabo de Gata, donde se han recogido más de 525 litros de agua por metro cuadrado desde el verano.
Parte de los daños que han sufrido las playas de Málaga, Granada y Almería en forma de pérdidas de arena y grandes alfombras de cañas y basura tienen su origen bastantes kilómetros tierra adentro, concretamente en las cabeceras de las cuencas.
"La lluvia ha sido muy constante pero no de mucha intensidad, pero el suelo, formado por filitas y esquistos arcillosos muy impermeables se ha saturado muy pronto y todo lo llovido se ha convertido en escorrentía", describe el catedrático de Geografía Física de la Universidad de Málaga, José Damián Ruiz Sinoga. Para este experto la "gran mancha de chocolate" que se podía observar en las aguas del litoral andaluz días atrás se explica "por la falta de cubierta vegetal en las cabeceras de las cuencas". "Cuando las cabeceras están reforestadas, se rompen las gotas de lluvia y la escorrentía es menor y más lenta, con lo que los arrastres de tierra se aminoran", explica Ruiz Sinoga.
Aunque el terreno arrastrado por el agua puede servir para que las playas se regeneren más rápido, el experto advierte de que el balance global es negativo: "Tenemos el suelo de los montes en la playa y además el suelo más productivo. Pese a lo que pueda parecer, estas lluvias degradan el suelo y desertifican, porque la materia orgánica acaba en la playa". Este fenómeno erosivo se agrava con el urbanismo salvaje del litoral. "Una casa es hidrológicamente un terreno sellado. Por ejemplo las casas altas de la Axarquía impiden la filtración de agua y generan mayores escorrentías", describe Ruiz Sinoga.
Información elaborada con datos de Lidia Jiménez, Pedro Espinosa, Fernando J. Pérez, Valme Cortés y Rosabel Rodríguez.
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