El círculo vicioso del Madrid
Florentino Pérez intenta corregir el déficit deportivo de un modelo que potencia el enriquecimiento
La sexta eliminación consecutiva del Madrid en los octavos de final de la Champions recordó que el club se halla en un círculo vicioso. El modelo económico y deportivo que instauró Florentino Pérez en el año 2000 fue glorioso en el terreno económico y excesivamente arriesgado en el terreno deportivo. El club se situó entre los más ricos del mundo pero entró en crisis en 2004 y los efectos del temblor repercuten todavía en Chamartín.
El nuevo proyecto de Florentino Pérez pretende introducir correcciones en el modelo original. Los más de 250 millones de euros gastados en fichar jugadores tuvieron como propósito un ajuste rápido. El presidente y sus colaboradores aseguran que, futbolísticamente, el plan del 2000 no se parece en nada al de 2009. Además de contratar grandes estrellas el club fichó eso que sus dirigentes llaman "jugadores de clase media", gente como Arbeloa, Albiol y Alonso, una categoría ignorada con anterioridad. La derrota ante el Lyon reveló que para enderezar el rumbo hará falta más tiempo del previsto y más dinero invertido en clase media. Los directivos del Madrid anuncian la llegada de centrocampistas. Quieren a Cesc y Silva.
El de Chamartín es un caso insólito de ruina futbolística por exceso de riqueza
Barça y Manchester tienen técnicos con peso y gastan mucho menos en fichajes
Casillas, el capitán, fue el encargado de pronunciar el discurso institucional ayer, cuando nadie quiso exponerse: "El año pasado dije que no teníamos un equipo competitivo para ganar la Champions. Este año es diferente. Hay un equipo fuerte y joven que se está formando. Hemos tenido fallos en momentos puntuales. No hemos jugado bien ni contra el Olympique ni contra el Alcorcón. Pero este es un proyecto a largo plazo".
Casillas dice en público lo mismo que su presidente en privado. Hay que reparar un edificio resquebrajado. El del Madrid es un caso insólito de ruina por exceso de riqueza. El club ganó tanto dinero en la última década que la dinámica empresarial acabó por descuidar al equipo. En 2000 los ingresos fueron de 100 millones de euros. En el pasado ejercicio superaron los 400 y el Madrid se consolidó como el club más rico del mundo. La llegada de Cristiano y Kaká garantizan un nivel de facturación tan sostenido que algunos dirigentes anticiparon que para 2012 el club traspasará la barrera de los 500 millones anuales. El pronóstico no precisa de contabilizar resultados deportivos. Pero un responsable del club miró las cifras con entusiasmo: "Con la crisis, muy pronto nadie podrá competir con nosotros en Europa". Leían fútbol donde sólo aparecían cuentas de resultados.
En 2000 Florentino Pérez decía en broma que el Madrid, como ideal, estaba por encima de los títulos. La broma resultó ser un certero análisis de lo que significa la mercadotecnia. El club ingresó tanto dinero que la competición llegó a resultar una molestia. Desde 2000 el Madrid ha ganado 10 de los 38 títulos disputados. Desde 2004 ha ido a peor: tres títulos de 20. Desde 2004 sólo ha ganado tres eliminatorias a doble vuelta: dos de Copa, ante el Écija y el Alicante, y una de Supercopa frente al Valencia.
Ahora Florentino Pérez quiere enmendar el desarreglo deportivo que sufre la institución. Lo quiere hacer discretamente, meditando mucho cada decisión, aunque para ello deba soportar a un entrenador como Pellegrini, en quien no cree.
Si el éxito en la Champions es la mejor prueba de una buena gestión deportiva, el modelo a seguir debería parecerse al de los clubes que más lejos han llegado desde 2004. Barcelona, Manchester, Milan y Liverpool comparten dos aspectos fundamentales: el entrenador tiene un papel relevante en el diseño de la plantilla y el gasto en fichajes es bajo en relación con clubes como el Inter, el Chelsea, o el propio Madrid.
Cuanto más caros son los trofeos peor es la gestión deportiva. Los clubes que más finales de Champions han jugado en los últimos años han invertido poco en fichajes desde 2004. El Barça, 400 millones de euros; el Liverpool 360; el Manchester, 230, y el Milan, 200. En el mismo periodo el Madrid se ha gastado 800 millones de euros. No hay otro caso parecido en la historia del fútbol. Seis octavos de final nunca costaron tanto.
Desde dentro del club, los ideólogos sostienen que esos gastos inauditos fueron necesarios para generar riqueza inaudita. El modelo económico así lo exigía. Ahora Florentino Pérez procura romper el círculo vicioso.
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