Más lluvia torrencial
Un congreso de meteorología y climatología advierte de que habrá más tormentas y más potentes en el Mediterráneo
En los últimos 25 años se ha registrado en el Mediterráneo occidental un aumento de la temperatura de medio grado y del 20% de la torrencialidad, factores que, por otra parte, están relacionados. Así lo indicaron los expertos que participan en el Congreso Internacional de Meteorología y Climatología, que se inauguró ayer en la Fundación Universidad-Empresa, en Valencia.
"En las próximas décadas se va a seguir produciendo un aumento de las precipitaciones torrenciales en el Mediterráneo y una disminución de las tormentas de origen atlántico", apuntó el investigador de la Fundación del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) y co-presidente del encuentro, José Luis Palau. Las lluvias torrenciales en el Mediterráneo están ligadas al contraste entre las bajas temperaturas de los frentes fríos y la elevada temperatura del mar tras el verano. La única forma de enfriar la masa de agua marina y frenar este desequilibrio es a través de estas precipitaciones torrenciales que se suceden a lo largo del otoño. La lluvia, más fría que el mar, se sumerge y empuja el agua marina más cálida a la superficie. Progresivamente, esta agua va emergiendo y se va enfriando a medida que se repiten las precipitaciones hasta perder la temperatura alcanzada durante el verano y enfriarse definitivamente.
La franja de agua cálida del mar ha pasado de 50 a 250 metros
Si antes había cinco tormentas, ahora habrá 15 o 10 más intensas
Sin embargo, en las últimas décadas, los especialistas han detectado que el Mediterráneo no sólo presenta una temperatura más elevada, sino que la franja de agua caliente superficial es más profunda. "Si hace medio siglo tenía 50 metros de profundidad, ahora puede llegar a los 250", apunta Millán Millán, director del CEAM. Esto tiene unas implicaciones directas en el incremento de las lluvias torrenciales. Si hace años eran necesarias una serie de cinco tormentas para enfriar la capa superficial del Mediterráneo, ahora, pueden hacer falta muchas más "unas 15 o, en su lugar, 10 pero más intensas", apunta el propio Millán. De hecho, investigaciones en las que ha participado el CEAM muestran cómo estos episodios de lluvias torrenciales no se limitan al otoño, sino que se prolongan a lo largo del invierno e incluso hasta la primavera. "Ahora llegan a los meses de marzo o abril, e incluso hemos detectado un evento de 150 litros por metro cuadrado que llegó a producirse en el mes de junio", apunta el responsable del CEAM.
Paralelemente a este incremento de las lluvias en la vertiente mediterránea se ha detectado un descenso del agua que se recoge en la vertiente atlántica. "Hemos observado una pérdida de 120 litros por metro cuadrado en la lluvia recogida entre la cordillera ibérica y la cornisa atlántica, mientras que ha habido una ganancia de entre 90 y 100 litros en la franja costera mediterránea", comenta Millán.
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