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Reportaje:LIGA EUROPEA | Ida de los octavos de final

Un motor muy exigido

El Atlético, con una plantilla corta, juega ante el Sporting de Lisboa su 19º partido del año

José Marcos

El Atlético apenas se ha entrenado en el último mes y medio. "Prácticamente no lo hacemos, bastante tenemos con recuperar al equipo y prevenir lesiones", asiente sin rodeos Quique Flores. Desde hace dos meses, el preparador rojiblanco dedica los escasos recursos de que dispone a recuperar a la plantilla más exigida por el calendario tras el parón navideño: el Atlético disputará esta tarde (19.00, Canal +), en la ida de los octavos contra el Sporting de Lisboa, su 19º partido -otros cinco esperan su turno las dos próximas semanas- en 2010. Ningún otro equipo, salvo el Sevilla (17), ha sido tan exigido. "Con la peculiaridad de que nuestro bloque principal lo forman sólo 13 jugadores y luego vendrían Valera, Raúl García, Salvio, Ibrahima...", puntualiza el cuerpo técnico, que casi vive al día.

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Simão, que acumula más de 3.000 minutos, representa como pocos los efectos de tantos compromisos. El extremo apenas encaró a los laterales en Zaragoza el domingo. El cansancio también pasó factura a Forlán y Agüero, con tantos minutos a cuestas y que, como Simão, fueron citados por sus selecciones en los amistosos.

"Yo estoy bien, puedo descansar y trabajar en condiciones, pero la mayoría de mis compañeros no pueden decir lo mismo", afirma Tiago. El centrocampista, que no puede jugar en Europa y el lunes verá el duelo ante Osasuna desde la grada al haber visto cinco amarillas, tiene toda la semana para recargar las pilas. Nadie más puede decir lo mismo. "Domínguez podría, porque se perdió por sanción la vuelta con el Galatasaray y el Valencia. Estaba tocado, y ese parón forzoso le vino de perlas. No queda otra que adaptarse a las circunstancias, que reinventarse o morir", alegan los responsables de la parcela física.

La falta de infraestructuras básicas como una piscina en la ciudad deportiva de Majadahonda se suple con imaginación. Ni cortos ni perezosos, los preparadores físicos dan baños de contraste, agua caliente y agua fría, a los futbolistas en cubos de la basura (en las oficinas del Calderón les definen como "bidones"). "Son nuestros jacuzzis especiales, si la gente viera las caras que ponen en los otros clubes cuando en los desplazamientos llegamos con semejantes artefactos... ¡Si a veces nos cuesta meterlos por la puerta!", ríen en el vestuario. Así, en sesiones de 10 minutos, rebajan los efectos de las inflamaciones y los golpes.

El trabajo aeróbico se completa con las dos bicicletas estáticas disponibles en el gimnasio del Cerro del Espino, el lugar habitual de entrenamientos, y la cinta para correr. "En una semana como ésta, el baño y el paso por las máquinas para reforzar al cuerpo sería los martes. El día antes lo dedicaríamos a una sesión suave, con carrera continua y estiramientos, sin ningún ejercicio con frenadas y arrancadas bruscas para las piernas", prosiguen los técnicos, que dedican la previa de cada partido al repaso táctico y el consiguiente informe de los rivales. "Tenemos una idea de a quién nos enfrentamos, pero hasta el miércoles [ayer] no concretaremos nada", asevera Assunção.

A falta de material y de tiempo, el Atlético sí dispone de un equipo de fisios que trabajan a destajo y de dos preparadores físicos contrastados. La mano de Jordi García, al que Walter di Salvo llevó al Madrid cuando era uno de los puntales del Almería de Unai Emery, está detrás de que al Atlético no le falte el fuelle. También la de su segundo, Miguel Peiró, el único exponente del grupo de Abel Resino que no se fue al paro el pasado octubre, porque los jugadores así lo exigieron. "Son parte responsable de que éste sea el equipo más fuerte físicamente que he visto", dice entre orgulloso y sorprendido Quique Flores, que sólo ha tenido a un lesionado -De Gea, por una contractura- en el último mes. "Hay lesiones que no se pueden prevenir, crucemos los dedos, pero evitamos muchas otras con una política personalizada, atenta a los esfuerzos y cargas de cada individuo", prosigue el entrenador. "Hay lesiones fortuitas, pero no hemos tenido 17 como el Barça, así que algo bueno se estará haciendo. Y jugar cada tres días es muy motivador", dice Valera.

"La temporada pasada el equipo pagó el exceso de trabajo que se hizo en Navidades en un ministage en Los Ángeles de Rafael. De alguna manera le costó el puesto a Javier Aguirre, así que tomamos nota. No se ha forzado el motor este invierno más allá de algunas sesiones físicas, campo a través entre la nieve. También entendemos que está dando frutos el trabajo en la pretemporada", apuntan los responsables de área. "Una de las muchas cosas buenas que sí hizo Aguirre fue apostar por actividades más lúdicas como el futvoley, que no era el ejercicio de siempre y hacía trabajar a los jugadores sin que así lo percibiesen. Nos gustaría aplicarlo, ¡pero es que no tenemos tiempo!", zanjan desde el banquillo.

Quique Flores, durante el entrenamiento de ayer.
Quique Flores, durante el entrenamiento de ayer.EFE

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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