Las candidaturas al Superior frustran la renovación deseada por el CGPJ
Tapia, Ibarra y Ayala ya han concurrido en alguno de los procesos anteriores
La carrera por elegir al nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia afronta la recta final de su tercera y quizá definitiva vuelta. Lo hace, sin embargo, con una terna de candidatos que incumple el perfil de renovación que se había planteado el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como "deseable" para alcanzar un consenso sobre el nombre del sucesor de Fernando Ruiz Piñeiro. Las candidaturas de Jaime Tapia, Juan Luis Ibarra y Juan Mateo Ayala coinciden en su contrastado perfil profesional, pero ya han concurrido a alguno de los procesos selectivos previos que acabaron sin resultado, si no a los dos.
Fue la vocal peneuvista del CGPJ, Margarita Uria, quien a finales de enero pasado instó a un relevo de candidatos, a que se presentase "gente distinta", para romper el bloqueo entre conservadores y progresistas en el órgano de gobierno de los jueces. Argumentó que el problema hasta entonces había radicado en el perfil "demasiado marcado" de los pretendientes. Resultaría chocante, en este sentido, que en virtud de sus méritos profesionales resultase elegido ahora un aspirante que no superó ni la primera criba en su momento, condición de la que no se libran Tapia, Ibarra ni Ayala.
El número de aspirantes se ha reducido a la mitad que hace un año
Apenas un mes después, a finales de febrero, Uria reapareció para mostrar su confianza en que la elección se pudiese resolver en el pleno del Consejo del 24 de marzo. Daba a entender así que el acuerdo en el seno del CGPJ estaba encaminado, pese a que restaban aún varios días para la presentación de candidaturas. El único nombre que había saltado a la luz pública era el de Juan Mateo Ayala y no cumplía el requisito de esa renovación. Fue un pronunciamiento contundente que, por su aparente incongruencia, descolocó a algunos de los aspirantes al puesto.
Como resultado, el número de candidaturas presentadas ha sido el menor de los tres procesos selectivos. Si al primero concurrieron seis aspirantes de los que sólo tres pasaron a la votación final, en el segundo se redujo a cuatro, que integraron la terna definitiva.
Ahora sólo tres conforman la lista de pretendientes y ninguno es nuevo. Tapia es el que más experiencia acumula y al que mayor sinsabor le ha quedado de las experiencias precedentes. Fue el que más respaldo obtuvo en la convocatoria de hace un año, pero se quedó a dos votos de los 13 precisos. En enero partía también como favorito, pero ni siquiera pasó la criba.
Los casos de Ibarra y Ayala no son menos curiosos. Ambos coincidieron en el proceso de hace un año. Tras renovar su cargo como presidente de la Sala de lo Contencioso del Superior, el primero presentó un proyecto que agradó a buena parte de los vocales del Poder Judicial, pero quedó fuera a las primeras de cambio. Igual le ocurrió al director del Centro de Documentación Judicial (Cendoj), al que algunos consejeros incluso habían animado a la pugna.
En favor de ambos puntúa su independencia. Mientras Tapia no tendrá competencia esta vez entre compañeros de la progresista asociación Jueces para la Democracia (JpD), Ibarra y Ayala juegan la baza de los no afiliados. Pese a su perfil progresista, el primero mantiene relación con la derecha ideológica y, en ausencia de Ruiz Piñeiro, podría recabar sus votos. La figura de Ayala resulta más neutral.
[Margarita Uría declaró ayer a la SER en referencia a la elección del futuro presidente del Superior que la pertenencia a alguna asociación judicial "no debe ser una ventaja, pero tampoco un inconveninte", para encabezar el máximo tribunal vasco. Aseguró que espera que en esta tercera votación se llegue finalmente a nombrar al sucesor de Ruiz Piñeiro].
Los tres pretendientes para el sillón de Ruiz Piñeiro
- Jaime Tapia. Magistrado de la Audiencia de Álava, es el único candidato euskaldun de la terna. Acumula 22 años de experiencia en la actividad judicial. En la batalla por el Superior se ha quedado como único representante de Jueces para la Democracia (JpD), por lo que debería contar, a priori, con los nueve votos progresistas del Poder Judicial. Hay quien lo considera inasumible para la derecha ideológica, aunque a nivel individual y al margen del Consejo, ha recabado el apoyo de varios magistrados conservadores. Se confiesa "querido" y se define como "el mejor candidato" por "méritos y capacidad".
- Juan Luis Ibarra. Aspira a ocupar el único puesto del escalafón que tiene por encima en el Superior. Como presidente de la Sala de lo Contencioso, en la que afronta su segundo mandato, parte con ventaja en lo que a prestigio jurídico se refiere. Su trayectoria dual, sin embargo, siembra de incertidumbre su horizonte. Fundó JpD en Euskadi y, aunque mantiene su perfil progresista, abandonó la asociación hace 12 años, lo que podría detraerle apoyos en ese sector. No está mal visto entre los conservadores, con quienes siempre ha mantenido buena relación.
- Juan Mateo Ayala. Pese a que su nombre no es el más conocido, fue el primero que salió a la luz pública para el tercer proceso. A favor tiene su aparente neutralidad ante conservadores y progresistas, lo que le dibuja como el candidato ideal de consenso. Director del Centro de Documentación Judicial, no ha firmado sentencias en los diez últimos años, un hecho al que fuentes judiciales le restan importancia frente a otros requisitos que exige la presidencia del Superior. Dichas fuentes recalcan que su labor no se ha reducido a tareas administrativas y que ha mantenido un contacto muy directo con la judicatura.
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