María Pita cambia de cara
A Coruña presenta el proyecto que retirará de la plaza las polémicas terrazasLa estatua de la heroína, también cuestionada, no se moverá de sitio
Fuera los "pétreos chiringuitos" cerrados de vidrio y acero, paso a "livianos y flexibles" sistemas de velas, cuerdas, botavaras, mástiles y esteras. El arquitecto Alejandro Zaera recurrió a "la idiosincrasia marina" de A Coruña y a sistemas existentes en grandes veleros para sustituir por un modelo de terrazas abiertas y moldeables en función de la meteorología los tan denostados recintos acristalados de techo cónico que invaden ahora la monumental plaza de María Pita. Dos años tardó el afamado arquitecto afincado en Londres en diseñar, a petición del alcalde, una propuesta para liberar el principal espacio público de la ciudad de unas instalaciones hosteleras impuestas en 2002 por el Ayuntamiento. La decisión del entonces alcalde, Francisco Vázquez, suscitó fuerte rechazo social desde el primer día, hasta el punto de que el actual embajador en el Vaticano atribuyó a esa controversia la pérdida de la mayoría absoluta en 2003.
En la presentación ayer del proyecto, el alcalde, el socialista Javier Losada, declinó hablar de plazos y costes para una intervención que se propone llevar a cabo tras alcanzar "un gran consenso social". La negociación comenzará de inmediato con los hosteleros, totalmente opuestos a desembolsar un céntimo para cambiar unas estructuras que no les gustan pero por las que fueron obligados a pagar entre 36.060 y 132.000 euros (la última instalada, en 2005).
Los polémicos recintos "pesados que segregan la plaza" con una estética "que poco tiene que ver con la arquitectura" del lugar, resumió Zaera, fueron impuestos por el Ayuntamiento mediante una concesión hasta el año 2020. Losada prometió ayer que se tendrá en cuenta el momento actual de crisis y que no apurará las negociaciones. "Se buscarán acuerdos con tranquilidad y sosiego", aseguró.
El "único y gran salón urbano" de A Coruña, en palabras de Zaera, seguirá teniendo terrazas al pie de sus señoriales soportales e hileras de bancos. Pero el autor del parque olímpico de Londres o de la terminal portuaria de Yokohama en Japón propone derribar las polémicas "casetas" para crear terrazas que tendrán por techo, gracias a un sistema de botavara, una gran vela que se replegará o extenderá en función del tiempo.
Con una superficie similar a los actuales recintos acristalados, 75 metros cuadrados por cada terraza, y una altura ligeramente inferior cuando el techo de tela esté desplegado, las futuras terrazas podrán cerrarse por los cuatro costados cuando sopla el viento con un sistema de persianas de tela transparente de apenas 1,35 metros de alto. Y estarán equipadas con los calefactores de infrarrojos que tanto se usan en establecimientos hosteleros al aire libre en ciudades europeas del norte.
Otra intervención propuesta por Zaera es reducir a dos hileras los bancos, configurados como una especie de estera de madera, y situarlos en los dos laterales habitualmente más soleados de la plaza.
Lo que no se moverá es la estatua de María Pita, también cuestionada por sectores de la ciudad. "Una ciudad se construye también con errores", comentó Zaera, y ese monumento "no está mal colocado" en una plaza de tan gran tamaño como lo es la coruñesa. Para el arquitecto, lo importante es que las terrazas sean flexibles. Incluso podrá ampliarse o reducirse el número de sillas y de mesas.
Se trata de un propuesta, insistió su autor, "modesta y razonable" con sistemas ya existentes en el mundo del mar que no representan "gestos monumentales". La eliminación de una de las más contestadas y molestas herencias del ex alcalde Francisco Vázquez es una prioridad para los socios nacionalistas del Gobierno de Javier Losada. El primer teniente de alcalde y responsable de Turismo, Henrique Tello, espera que no se demore llegar a un acuerdo económico con los hosteleros para retirar cuanto antes, "pero sin traumas", lo que llama "adefesios" o "chirimbolos" en la principal plaza de A Coruña. En el último año ya se han suprimido tres: el que era la oficina municipal de información turística, y dos sin utilizar y abandonados. Los hosteleros reivindican que las actuales estructuras acristaladas que rompen la armonía de la plaza generan entre el 60 y 70% de sus ingresos.
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