Con su intensa languidez
Najwa Nimri susurra en español entre la tormenta de sus guitarristas
Albricias: otra artista española que arrincona a Shakespeare para expresarse en la misma lengua de su señora madre. La actriz y vocalista Najwa Nimri estrenaba anoche, en el ciclo Ellas Crean y con la Galileo Galilei abarrotadísima, su primer disco en castellano: El último primate. Y aunque todavía incurre en rimas perezosas, la cosa promete. Mucho. Porque ha erigido un universo onírico y esencial, como de inspiración neolítica, en el que el amor retorna a su esencia fatídica y primitiva.
La pamplonesa de nombre árabe exhibe una voz susurrante y atribulada, cercana siempre a los parámetros de la seducción. Alta, desgarbada, de gestualidad convulsa, Najwa se desordena la melena rubia, entorna los ojos como en permanente vahído, no deja de pelearse con sus auriculares y enturbia la atmósfera del escenario con el humo envenenado de nicotina. Parece una fierecilla entre frágil y turbia, como una Bebe sin tanta carga lúbrica pero de contenidos más eléctricos. Con todo, una canción como Mi ritual bien podía haber acabado en algún disco de la cantante extremeña.
La cantante entorna los ojos como en un permanente vahído
A Nimri le gustan las inflexiones lánguidas y bisbiseos ante el micrófono: una voz gatuna en medio de la muy notable tempestad guitarrera que le procuran el barbudo Huma y el apoteósico Javi Pedreira, soberbio en Como un animal y maravillosamente desquiciado en Déjame pasar.
El resultado final equivale a que la sueca Stina Nordenstam hubiese contratado a la banda del por siempre añorado Jeff Buckley. Una combinación densa, pero vivificante.
Por aquello de seguir ejerciendo de chica seductora, Najwa persuadió a su intermitente aliado Carlos Jean para que subiera al escenario cuando se le acabó el repertorio de su nuevo álbum. Entre los dos y Pedreira esbozaron una lectura de Is this a crime? que sonó espontánea, descarnada, auténtica. Definitivamente, he aquí una actriz que no necesita de las cámaras para resultar brillante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.