El chico grande encuentra su sitio
Javi García lidera al Benfica en su mejor temporada tras años como promesa madridista
A finales de julio pasado, la tesorería del Real Madrid se encontraba bajo mínimos. El segundo florentinato había arrancado a lo grande con las contrataciones de Kaká, Cristiano y Benzema. La reconstrucción acaparaba titulares a golpe de presentaciones estelares, pero a Jorge Valdano, el director general, le tocaba afrontar una operación salida lo suficientemente brillante como para amortizar el desembolso de 250 millones de euros. Abandonaron el club hasta 14 jugadores por valor de unos 100 millones. Entre todas las operaciones destacó una. El Benfica se convertía en uno de los principales compradores del escaparate blanco. En una semana desembolsó 12 millones: cinco por Saviola y siete por el canterano Javi García. La operación fue considerada un rotundo éxito en los despachos madridistas.
"Han confiado en mí desde el principio. Ahora lo tengo todo", cuenta el medio
El presente y el futuro pueden poner en entredicho aquella, a priori, brillante gestión. Francisco Javier García Fernández (Mula, Murcia, 1987) es ahora pieza clave del Benfica (líder de la Liga portuguesa), titular indiscutible y revelación del campeonato luso. "Han confiado en mí desde el principio. Estoy jugando más que nunca y estoy en un gran club. Ahora lo tengo todo", cuenta ilusionado.
El centrocampista murciano se afianzó como uno de los canteranos de referencia en una prometedora camada en la que destacaban Arbeloa, Filipe Luis, De la Red, Valero, Jurado y Soldado. Javi tenía virtudes distintas de las del resto de centrocampistas. A simple vista era más bigardo que virguero, con más despliegue aunque menos dado a la filigrana. Pero lejos de ser un obstáculo, su imponente físico le hizo destacar y le sirvió para ser el más precoz de su generación en debutar con el primer equipo. Lo hizo de la mano de García Remón en noviembre de 2004, con tan sólo 17 años. "Me lo tomé como algo temporal y disfruté del momento aunque pagué la novatada apareciendo en demasiadas portadas", rememora Javi García. Pero su aparición fue tan fugaz como la presencia del Gato de Odessa al frente del banquillo madridista. Javi jugó sólo tres partidos esa temporada. "El Madrid estaba perdido. Teníamos una plantilla corta y descompensada y necesitábamos a la cantera. Los jugadores estaban ahí pero personas importantes dentro del club veían con recelo la presencia de chavales en la alineación mientras Beckham se quedaba en el banquillo", explica García Remón. Con la llegada de Luxemburgo y Gravesen, el primer equipo no era territorio para canteranos. A pesar de todo, su progresión no se frenó. En 2006 se proclamó campeón de Europa sub 19 en Polonia junto a Piqué, Granero y Mata. Ese mismo verano, Fabio Capello le reclutó para la pretemporada del Madrid enamorado de su corpachón (1,87m). García recuerda con nostalgia aquellos días. "Pensé que podía ser la oportunidad buena. Jugué todos los torneos y Capello hablaba muy bien de mí. Pero aunque me hacía ilusiones, yo mismo me las quitaba. Sabía que era muy complicado".
El fichaje de Mahamadou Diarrá le dio la razón. Tras un buen año cedido en Osasuna, regresó. Pero la historia se repetía. Ni Schuster primero, ni Juande después, vieron en él más que un recurso para aguantar el resultado en los minutos finales. Un papel secundario. Después de sumar sólo 596 minutos como madridista en Primera, no quedaba más salida que irse. Y apareció el Benfica.
Firmó hasta 2012 con una cláusula de 30 millones. Cayó de pie en el equipo y pronto se convirtió en titular. Los datos avalan la apuesta. Es uno de los cinco jugadores más utilizados de la plantilla. Entre Liga, Copa y Liga Europa, Javi García ha participado ya en 35 partidos. Es el guardaespaldas perfecto de Aimar y sostiene toda la línea de creación benfiquista. "Me encanta jugar de único mediocentro. Necesito campo. Tengo confianza, estoy en el equipo perfecto, con el sistema perfecto para mí" se felicita.
Gracias a su gran temporada, se permite soñar con una llamada de la selección. "Cuando sales de tu país piensas que se van a olvidar de ti pero luego descubres que eres más querido que cuando estabas en casa y que te tienen en cuenta", comenta. Del Bosque le tiene apuntado para el futuro. Mientras, el chico que dejó el Madrid brilla en Lisboa.
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