Suave

Nada ha habido que haya ocupado más a los socialistas que las palabras de Griñán en torno al perfil de la persona que ha de asumir la función de portavoz del PSOE andaluz que saldrá del congreso extraordinario. Tiene que ser "una voz suave, dialogante, compresiva y comprensible, de una calidad diferente" dijo Griñán a Carles Francino en la SER, al que matizó que ésta figura podría estar ligada a la de la presidencia del partido aunque no necesariamente. Esto es, ni los resultados adversos de los sondeos del 28-F, ni las especulaciones que se han disparado en torno a la crítica situación de Zapatero y su Gobierno, habían generado tanta expectación como la confesión del presidente andaluz sobre la persona que se convertirá en la imagen del partido. Sea quien sea, lo cierto es que se trata de una situación novedosa para los socialistas acostumbrados a una ortodoxia que marca en el puesto del secretario de Organización, a parte del de secretario general, el punto clave del sostén del partido. Pero está claro que Griñán tiene en su cabeza un nuevo modelo, una estructura innovadora que está por ver cómo es capaz de encajarla en una formación anclada en unos procedimientos muy consolidados en el tiempo.

Las quinielas sobre esa persona "suave", que se erija en la parte más visible del partido, no han hecho más que dispararse. Y hasta se habrá suscitado un concurso de "suavidad" a ver quien da más en esta materia. Seguro que no le faltan candidatos pero deben tener cuidado en el PSOE andaluz porque, a lo mejor, tanto mimosín puede que no sea del todo bueno ahora que vienen tiempos difíciles, con una economía muy adversa y con un efecto arrastre de Zapatero y los suyos que, de no frenarse, les lleva a la misma ruina. Tienen, en este sentido, una excelente piedra de toque en la deuda histórica. Se las prometían muy felices porque con los solares creían que cerraban de una vez por todas esta llaga. Pero no ha sido así, como lo demuestran todas las encuestas. En Madrid ya tienen que tener la última valoración actualizada y que, a juicio de Junta, sigue siendo insuficiente para saldar los 784 millones que nos adeudan. Ya sólo resta aguardar, esta semana, la respuesta por parte del Ministerio de Economía, en donde parece que el horno no está para bollos, con un Carlos Ocaña, el principal interlocutor para este asunto, más en el alambre que nunca.