Una máquina de hacer dinero

¿Qué cuesta unos 370 euros de fábrica y genera cerca de 300 millones de euros en una noche? Se llama Oscar y no necesita apellido. Esto es Hollywood. Esa pequeña estatuilla dorada donde se concentran tantos sueños es también una máquina de hacer dinero para unos pocos.

Su toque Midas va más allá de los que la reciben o de la aburrida letanía de nombres recitados con agradecimiento fingido. De hecho, el próximo domingo los premiados vivirán una noche histórica, y quizá logren una subida del 20% y del 30% o en sus cachés. Pero en los tiempos que corren nada es seguro. Más tangibles son los cálculos de Business Pundit, que calcula que un 21% de los actores ganadores de un Oscar vieron cómo su carrera se iba al garete pasada esa noche de saltos y lágrimas. ¡Que se lo digan a Cuba Gooding Jr.!

'Newsweek' llegó a rebautizar el Oscar como "el Viagra del cine"

Los premios dejan en Los Ángeles unos ingresos de 300 millones

Chóferes, modistas, joyeros, hoteles, restaurantes... Todos ganan

No hay que ser agoreros y gafarla hablando de la maldición del Oscar. Son más cuantiosos los beneficios, como ese 30% que un filme se embolsa en la taquilla gracias a la frase que dice "ganador de un Oscar". La revista Newsweek llegó a rebautizar la estatuilla como "el Viagra del cine" e hizo un cálculo más preciso valorando la contribución media del tío Oscar en 4.913.874,53 euros para el bolsillo del filme ganador. Ni uno más ni uno menos.

La cifra no es infalible y es humanamente imposible que un filme como Avatar pueda sumar esa cantidad a una recaudación que ya ha saltado la banca. En tierra hostil, ya en DVD en EE UU, donde su recaudación no superó los 9,6 millones de euros, lo tiene igual de difícil porque en su caso desapareció de las salas. Una pena, teniendo en cuenta que la campaña que conduce al Oscar cuesta una media de 3,7 millones de euros. ¿O acaso alguien piensa a estas alturas que la estatuilla a la mejor película se gana haciendo la mejor película y ya está?

Todo cuesta y esa es la bonanza del Oscar para los demás. Las revistas del gremio, tipo Variety o The Hollywood Reporter, viven prácticamente todo el año de la publicidad que les entra durante la temporada de premios. Lo mismo les pasa a las salas de cine, que sacan hasta un 75% de sus ingresos anuales durante este tiempo de honores y estatuillas. Hoteles, restaurantes, alquileres de coches, chóferes, modistos, joyeros... El Oscar se deja sentir entre todos ellos hasta llegar a esos 300 millones de euros en los que la ciudad de Los Ángeles calculó los devengos de la estatuilla cuando hace dos años pensó que se quedaban sin ceremonia por culpa de la huelga.

¿Y la Academia? ¿Qué queda de este reparto para los organizadores del convite, para quienes hace 82 años tuvieron la idea? A ellos les caerán 50 millones de euros por esas tres horas en las que, como dijo Warren Beatty, el público presencia cómo la industria se da palmaditas en la espalda. Bueno, por eso y por los anuncios en una ceremonia estructurada con unos cortes publicitarios en mente que cuestan por encima del millón de euros cada 30 segundos. Como dijo Tom Sherak, presidente de la organización, los oscars son una noche y hay que comer los otros 364 días. Todo por una estatuilla que si te la quieres pulir su valor legal es de un dólar. Y las gracias.