Alarde de técnica y facultades del pianista Yakolev en A Coruña

Alexánder Yakolev es el ganador del último Concurso de Piano de Ferrol, entre otros 34 primeros que figuran en su currículum. Lo demuestra en el escenario, donde se mueve con la misma naturalidad que un deportista entra en el gimnasio a prepararse o sale al estadio a competir. Porque en esto consiste el mundo de los concursos: en una sucesión interminable de entrenamientos y competiciones. Algo connatural a la escuela rusa, que exige horas y horas de práctica diaria como base. El pianista de Rostov llegó el pasado lunes por la noche a A Coruña para actuar el martes en el Teatro Rosalía. Y se pasó la mañana previa al concierto practicando en el piano.

Por la tarde, en el concierto organizado por la Sociedad Filarmónica de A Coruña, Yakolev no defraudó. Por su técnica, de gran agilidad y control dinámico y por su entrega en un programa de hora y media, con un largo recorrido por la historia del piano de Scarlatti a Stravinski, con paradas intermedias en Haydn y Ravel, más una extraordinaria en Brahms. Las Fantasías, op. 116, del hamburgués y el Libro II de sus Variaciones sobre un tema de Paganini vinieron a coronar la actuación de Yakolev como un gran ejercicio académico.

Como era 23-F, bien se pudo decir que "la emoción ni está ni se la espera". Tampoco llegó en el Gaspard de la nuit de Ravel ni en la Petrushka de Stravinski, donde el color se acercó algo a los esperados ecos de una orquesta. Pero la emoción, que es muy suya, pasó de largo.