Mourinho, sancionado por teatrero
El técnico del Inter gesticuló como si el árbitro le tuviera esposado

A José Mourinho lo de ser un provocador se le da cada día mejor. Es su estrategia. Entiende que es la mejor forma de quitar presión a su equipo: que se hable de él y de sus gestos o palabras polémicas, según las semanas, y de nada más. Máxime cuando el Inter ha visto recortar a cinco puntos su ventaja sobre el Roma, segundo en la Liga italiana; lleva dos partidos seguidos sin marcar y va a afrontar mañana un duelo europeo contra el Chelsea, su ex conjunto (el portero Julio César, tras un accidente de tráfico, es duda).
Hace años que el Inter no pasa de los octavos de final de la Champions y el técnico portugués ha decidido atraer los focos. Hoy sólo se habla de su sanción: tres partidos de suspensión y una multa de 40.000 euros por su protesta en el partido del sábado pasado contra el Sampdoria. El árbitro dejó al Inter con nueve jugadores en el minuto 39 al expulsar sucesivamente a Samuel y Córdoba. Mourinho se mosqueó y se dirigió a las cámaras cruzando las muñecas como si se las hubieran esposado, "un comportamiento teatrero", según la justicia deportiva italiana. Luego, en el túnel de vestuarios, se digirió al colegiado con "frases injuriosas", no especificadas. En Facebook ya se ha creado un grupo para apoyarle. "Esposas son lo que se merece el calcio", se llama. Lleva su foto, cómo no, y en pocas horas contó con más de 1.500 miembros.
Fama de teatrero siempre tuvo Mourinho. Que les pregunten, si no, a Alex Ferguson, Arsène Wenger o Frank Rijkaard, con quienes se enfrentó varias veces. En Italia dijo en su presentación: "No soy un pirla". La gracia duró poco. En el año y medio que lleva en el Inter ya se le había sancionado tres veces: 10.000 euros por meterse con los árbitros en un Inter-Roma, un partido por quejarse otra vez de ellos en un Cagliari-Inter y 13.000 euros por insultar y empujar a un periodista.
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