El Sevilla asalta Son Moix

La inmaculada racha del Mallorca en casa -diez victorias en diez partidos en la presente temporada- tenía una sola objeción: que todavía ninguno de los grandes de la Liga había visitado Son Moix. Tuvo que llegar el Sevilla de Manolo Jiménez, rival directo por la cuarta plaza, para convertirse en el primer equipo capaz de sacar algo positivo de la isla.

El partido, que arrancó electrizante, bonito, estuvo marcado por la actuación del árbitro, Teixeira Vitienes, que antes del descanso ya había dejado a los dos equipos con diez.

Dio primero el Mallorca, con una buena combinación de Castro y Valero que desorientó por completo a la defensa sevillista y permitió el remate de Mario Suárez. Era el minuto 4 y la ventaja permitía al equipo de Gregorio Manzano acomodarse a la contra. Pero el Sevilla siguió con su plan y ganó metros hasta que, en un balón largo, Navas vio un agujero para escurrirse entre Ayoze y Aouate, que no se entendieron. Al empate le siguió la jugada que rompió el partido: la expulsión de Negredo por alargar la pierna en una entrada sobre Martí.

Frenado de sopetón en su mejor momento, el Sevilla perdió el norte momentáneamente. Jiménez ordenó a sus jugadores que retrocedieran y dio entrada a Luis Fabiano, al que había sentado de inicio en el banquillo, con vistas al partido de Champions ante el CSKA de Moscú. El Mallorca asumió el dominio y comenzó a rondar de nuevo el área de Palop. Y apareció otra vez Teixeira, que volvió a tirar de roja directa para enviar a Ramis a la caseta, por una falta por detrás a Zokora.

Restablecida la igualdad numérica, el Sevilla impuso su pegada tras el descanso. Dragutinovic sorprendió a Aouate con un libre directo desde más allá del pico del área y, con los locales aún tambaleándose, Perotti embocó un pase de Navas, quien de nuevo desbordó a su marcador por la derecha. Encadenando ocasiones hasta el final, arrinconando a su rival, el Mallorca vendió cara su plaza por primera vez en toda la temporada.