Gerardo Camps se desdice de su oferta al PSPV para hablar de cajas
El consejero retira la "mano tendida" ofrecida 24 horas antesLas facturas pendientes de pago a 31 de diciembre ascendían a 3.000 millones
El vicepresidente económico del Consell, Gerardo Camps, volvió ayer a sumir en la confusión la política del Consell en materia de cajas de ahorro. El miércoles, en respuesta a una interpelación del portavoz de Compromís, Enric Morera, el vicepresidente económico propuso a la oposición un acuerdo para trasladar a las cajas de ahorro una posición común de las Cortes sobre los procesos de fusiones.
El jueves, después de que el presidente de la Generalitat descalificara a los socialistas como interlocutores y rechazara su oferta de pactar medidas contra la crisis, Gerardo Camps insistió en que el Consell "está siempre con la mano tendida y dispuesto a hablar de este tema con los grupos parlamentarios". "Puede haber posiciones políticas comunes de quienes tenemos también la representación en las Cortes Valencianas, algo que se consigue en base al diálogo, que puede culminar en un acuerdo si es posible".
Pues bien, ayer, el ofrecimiento saltó por los aires sin causa aparente alguna y Gerardo Camps reexplicó sus declaraciones anteriores. "Yo no llamo al consenso al Partido Socialista en materia de cajas", dijo Camps, que argumentó que si los socialistas tienen una opinión acerca de las fusiones sería bueno que la diesen a conocer. "Si quieren trasladar su opinión en secreto al consejero de Economía que lo hagan y si quieren que sea pública que lo digan", dijo Gerardo Camps.
"Ni para este tema, ni para ninguno, se puede considerar interlocutor al señor [Jorge] Alarte [secretario general del PSPV]", prosiguió el responsable de Economía, que remachó: "Ni le estoy llamando, ni quiero hablar con ellos".
El responsable del área económica del Consell aprovechó también su comparecencia tras el pleno semanal del Consell para descalificar la propuesta de pacto formulada por el secretario general del PSPV al presidente de la Generalitat para afrontar conjuntamente la crisis económica. "He visto la carta", prosiguió Camps, "que contiene una serie de vaguedades". Vaguedades mucho mayores, en opinión de Camps, que las que alegó Alarte para no acudir en noviembre de 2008 a una reunión con la UGT, la patronal provincial de Valencia (CEV) y el jefe del Consell. "Si quiere contribuir [a combatir la crisis] que diga que está de acuerdo con el Pacto Valenciano por el Crecimiento y el Empleo [firmado por el Consell con los agentes socialesnos pida cuenta en las Cortes. Lo demás son brindis al sol", sentenció.Gerardo Camps compareció ayer para dar cuenta de la liquidación del presupuesto de la Generalitat del año pasado. El Gobierno valenciano gastó casi 2.000 millones de euros más de lo que ingresó el año pasado. Según los datos ofrecidos por el consejero de Economía, la diferencia entre ingresos y gastos fue de 1.965 millones de euros (327.000 millones de las antiguas pesetas). Esa cantidad se intentó subsanar mediante el recurso a préstamos bancarios por importe de 1.878 millones de euros. El resultado fue un déficit de financiación de 87,3 millones de euros.
El estado de tesorería (el dinero que había en la caja) a fecha del 31 de diciembre pasado no era mucho más alentador. Las facturas que estaban pendientes de pagar ascendían a 2.916 millones de euros (485.000 millones de pesetas).
Con estos datos, que hubiesen sido peores de haberse retrasado aún más la puesta en funcionamiento del nuevo sistema de financiación autonómica, el consejero de Economía optó por sacar pecho y defenderse con un buen ataque. Gerardo Camps atribuyó la desastrosa situación de las arcas de la Generalitat al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Camps, interpelado por el plan de austeridad de la Generalitat que anunció hace tres meses, argumentó que no puede hacerlo público por culpa del Gobierno central, que quiere conocer y revisar antes los de todas las Administraciones autonómicas. El consejero indicó, sin embargo, que gran parte de las medidas en este plan de austeridad ya se han puesto en marcha.
Respecto a las críticas de que las inversiones del plan Confianza para reactivar la economía valenciana quedaron el año pasado en agua de borrajas, el titular de Economía aseguró que las inversiones extraordinarias se acercaron a los 450 millones de euros, de los cuales 330 se destinaron a los planes de los sectores productivos y el resto al plan de choque contra el desempleo. Camps no pudo detallar ayer, exactamente, cómo se habían repartido las citadas cantidades. El consejero se quejó, de nuevo, de la mala financiación autonómica que recibe.
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