"Ser central da más jerarquía"
No hay futbolistas perfectos. Pero hay futbolistas que luchan a brazo partido por encarnar un ideal heroico. Sergio Ramos (Camas, Sevilla; 30 de marzo de 1986) pertenece a esta especie desde que tenía 15 años. Fue un líder prematuro en el Sevilla y en el Madrid, después de algunos tropiezos, se ha levantado y se esfuerza en cada detalle por alzar la bandera de la comandancia.
Pregunta. ¿Aprendió a regularse?
Respuesta. Con el tiempo, me di cuenta de que no podía subir todas las veces, que tenía que mirar un poco más por la labor específica de un defensa. Pero a mí me exigían más y me apresuraba a obedecer en esa dirección.
P. ¿Hubo algún sistema en el Madrid consagrado a que usted siempre acabara las jugadas apareciendo por la derecha? El Barça lo hace con Alves.
"Como mediocentro no estaría nada mal: cortar la jugada y dar salida al balón"
"Después de Beckham, Granero tiene el mejor golpeo de balón que he visto"
R. Sí, pero son sistemas diferentes. Los equipos que juegan así suelen tener dos bandas claras. El caso es sorprender, no llegar por rutina, subir por la banda cada vez que coges el balón. Cuando tienes tu posición cubierta, subes con una tranquilidad mayor. Capello tenía a Beckham por delante y me ayudaba muchísimo a hacer las coberturas. En vez de subir 40 veces, subía cinco, pero sorprendía. En los últimos años hemos jugado con un extremo izquierdo claro, como Robben o Robinho, y por la derecha nada... Este año hemos jugado con Kaká o Higuaín tirados al costado y se ha notado que la banda les cuesta un poco más. Hemos dejado ciertos espacios sin cubrir que me han perjudicado. Pero hoy el equipo se ha adaptado muy bien con la llegada de Xabi, con Lass y con Granero. Aportan mucho equilibrio al centro del campo y, como defensa, lo noto muchísimo.
P. Cuando empezó la temporada, se dijo que este Madrid, con los nuevos fichajes, sería demoledor arriba y, sin embargo, cuando mejor jugó fue cuando no estuvieron Kaká ni Cristiano Ronaldo. Además, está batiendo récords estadísticos de eficacia en la defensa. ¿Tiene sentido?
R. Da la casualidad de que cuando estuvieron Cristiano y Kaká el sistema fue diferente. En vez de jugar con tres medios, se jugaba con dos y había más gente arriba que abajo. A mí me gusta jugar con tres medios porque prefiero tener dos bandas fijas. Con Granero más tirado a una banda, el equipo está más reforzado. Hay más dominio del balón.
P. ¿Cómo ve a Granero?
R. Con él me encuentro muy a gusto porque es más defensivo que ofensivo. Aparte, tiene mucho peligro a balón parado. Ensayamos mucho juntos. El gol que le marqué al Espanyol vino de una jugada que estuvimos ensayando. Hacemos el amago, arrastramos y aparezco yo por sorpresa. Él tiene un toque de balón fenomenal. Para un rematador es fundamental que te pongan los balones así. Viene muy fuerte y es poner la cabeza. Granero es técnicamente un privilegiado. Después de Beckham, tiene el mejor golpeo que he visto.
P. ¿El 2-6 del Barça en el Bernabéu fue el partido en el que más sufrió?
R. Sí.
P. Ante Henry se le vio muerto...
R. ¿Muerto? Para nada.
P. ¿Estaba lesionado?
R. Tenía dolores, como en casi todos los partidos. Atravesaba una racha que no le deseo a nadie. Sentía dolores de pubis desde hacía mucho tiempo. Los mismos que ha tenido Kaká. Él tuvo que parar, pero yo seguí. Cada uno tiene una forma de ser. Yo soy muy cabezón y me terminó perjudicando. Debí parar a principio de temporada, un par de meses; fortalecer y esperar que pasara el dolor. Sin embargo, seguí todo el año y no paré hasta después de la Copa Confederaciones.
P. ¿Por qué los entrenadores o los médicos no dicen: "Te pongas como te pongas, vas a parar"?
R. El médico nos dice que no estamos para jugar. Pero la última palabra la tiene el jugador.
P. ¿Ha madurado?
R. Ser capitán es un aliciente más para seguir soñando con lo que quiero ser, alguien importante en el fútbol y sobre todo en este club. Ser el espejo y la referencia de muchos jugadores que vienen a este equipo requiere ciertos comportamientos y actitudes.
P. Ahora que juega de central, ¿se entrena de la misma manera, visualiza el partido de igual forma o es el mismo jugador agarrado a su físico?
R. Le añado la madurez. Como central me encuentro a gusto porque puedo manejar al equipo, aconsejar a mis compañeros... No es lo mismo visionar todo el campo, colocar a los dos laterales que estar en un lateral, donde también puedes mandar, pero estás limitado. El puesto de central es de más jerarquía.
P. ¿Estudia al delantero?
R. Por supuesto. Forma parte de mi vida y me facilita muchísimo mi trabajo. Si me tengo que ver tres vídeos de delanteros, me los pongo y tan tranquilo.
P. ¿Le preocupa que, después de jugar tanto en el centro de la defensa, Del Bosque pueda tener dudas respecto a ponerle en el lateral en el Mundial?
R. No. En mis primeros años en el Madrid jugaba de central y Luis me llevaba a la selección y jugaba de lateral.
P. Muchos pensaron que acabaría como mediocentro.
R. Yo también. Me encanta. No soy para dar el último pase porque no tengo uno contra uno tampoco, pero, a la hora de ir por arriba, cortar la jugada y aportar el primer pase para dar salida, creo que no estaría mal. Tengo un buen desplazamiento del balón.
P. ¿No cree que mucha gente le juzga por su imagen y piensa que usted es un frívolo? Juerguista...
R. No voy a cambiar mi personalidad y tampoco mi forma de vestir. La gente habla sin conocer nada. Sólo espero que puedan conocerme mejor.
P. No son muchos los sevillanos que han triunfado en el Madrid.
R. No, pero tampoco son muchos los que han estado más de dos años. Yo llevo cinco y esperemos que sean diez más. Cuando me retiren, diré: "Que me quiten lo bailao".
P. La Champions es un desafío doble: intentar ganarla ustedes y procurar que no la gane otro.
R. Que el partido se juegue en casa es un extra de motivación. Supongo que lo dicen pensando en que el Barça llegue a la final...
P. ¿Se imagina al Barça ganando en el Bernabéu?
R. Eso no puede pasar. Ni se me pasa por la cabeza. La verdad es que no sería nada agradable.
P. ¿Le gustaría jugar la final contra el Barça?
R. No me importaría. Pero siempre que sea para ganarla. Sería el triple de alegría que ganársela a otro.
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