"Garantizo una fusión paritaria y una caja con sede en Vigo y A Coruña"
Recibe al periodista en un despacho que apenas frecuenta, dentro de la residencia presidencial de Monte Pío, que mira de lejos a la Catedral de Santiago. En dos semanas, Alberto Núñez Feijóo (Os Peares, 1961) celebrará el primer aniversario de la mayoría absoluta. La mesa aparece despejada de papeles, pero en su cabeza está "sobre todo la crisis y la fusión de las cajas", que se resiste a descartar. La entidad resultante, garantiza, "será paritaria con sede en A Coruña y Vigo". Cuando se le plantea lo quemados que están ya algunos conselleiros, recurre a una cita de su abuela: "El primer maiz es para los pájaros". El presidente de la Xunta pide paciencia y augura tiempos mejores.
Pregunta. ¿Fusionar las cajas es todavía posible?
Respuesta. Si el Gobierno quiere, sí. Si no, hay que jugar el partido.
P. ¿Cómo jugará ese partido?
R. En eso estamos.
P. Si se frustra la fusión, ¿responsabilizará al PSOE?
R. No culparé a nadie que no sea culpable. Trabajaré para que ni un solo gallego haga responsable a la Xunta. Si el PSOE en Galicia ayudase y se quitase el complejo de sucursal y actuase como un partido gallego, con independencia de que participa en un proyecto nacional... sería más fácil. Yo estoy en un partido nacional, pero si algún dirigente me pide que no apoye la fusión, no lo haré y no lo hago.
P. O sea, que a usted ya se lo han pedido en el PP.
R. No, digo que si me lo pidieran, no lo haré, ni lo hago. Y el PSOE debe decidir porque si apostase por unir el ahorro gallego sería mucho más fácil. Lamentablemente unos dicen que están, otros que no, unos convocan protestas, otros no van...
P. ¿Por qué querría el Gobierno vetar una fusión gallega?
R. Está claro: para que Galicia no tenga caja.
P. ¿Con qué objetivo?
R. Esa es una buena pregunta. Lo demás son intuiciones pero lo que sé, lo digo y sé que el PSC dice que quiere cajas en Cataluña, que el PSOE andaluz también quiere cajas y que habrá caja vasca si se ponen de acuerdo las comunidades forales. Galicia también quiere cajas, pero aquí quien gobierna es el PP.
P. No parece viable que una negociación política desbloquee una ley cuya constitucionalidad cuestiona el Consejo de Estado.
R. Ese es un error de concepto. El Consejo de Estado no dice eso, lo dice el Gobierno y el Consejo de Estado le recomienda que, si tiene dudas, recurra al Constitucional. La inmensa mayoría de leyes recurridas ante este tribunal con el informe del Consejo de Estado se han declarado constitucionales. La responsabilidad es del Gobierno socialista de España, de nadie más. La prueba de que son dudosas sus intenciones es que antes de negociar nos denuncia. Queremos dialogar, no recortar. El principio de igualdad y no discriminación debe imperar. En la reunión del martes los textos de otras comunidades no recurridos serán nuestra guía, veremos cuál es la suya. El Gobierno debe aclarar si quiere bloquear la fusión o respeta la autonomía, el autogobierno y a dos tercios del Parlamento gallego.
P. Cuando dicen que el Gobierno frustra la fusión con el recurso, ¿admiten que legislaron para forzar la fusión?
R. Esa ley se hizo para facilitar sin duda la agrupación del ahorro gallego. Nosotros despolitizamos las cajas, prohibimos que haya políticos en activo en ellas, pero sí, es cierto que lo lógico es que en las asambleas que han elegido el Ayuntamiento de A Coruña, el Parlamento y el resto de municipios y diputaciones que, salvo en un caso, apoyan la fusión, esos representantes se pronuncien de igual forma.
P. El alcalde de Vigo repite que se intenta utilizar a la caja del sur para salvar a la del norte, de cuya viabilidad duda.
R. Lo lamento porque el rigor debe ser consustancial a la política en un momento clave para el futuro de Galicia. Cuando uno pone en riesgo miles de puestos de trabajo y la primera caja gallega, ese nivel de irresponsabilidad es difícil de superar.
P. Junto a Caballero se manifestaron 20.000 personas. ¿Como piensa convencerlas?
R. Si no estuviera convencido de que la mejor opción para Vigo y el resto de Galicia es sumar el ahorro y hacer una gran caja, no lo defendería. Si no pensara que las dos cajas no son, a medio plazo, competitivas en un escenario de concentración, no lo defendería. Y por supuesto con la garantía que hemos dado y que yo mantengo de que la fusión será igualitaria, paritaria y que habrá sede en A Coruña y sede en Vigo.
P. ¿A qué atribuye ese malestar que ha surgido en Vigo?
R. Es la historia que se repite: en Ourense y Pontevedra creían que se le quitaban sus cajas para hacer Caixanova y ahora esos sentimientos se utilizan en Vigo para lo contrario. Con la diferencia de que entonces dos cajas fueron absorbidas y aquí se garantiza una fusión paritaria. Los mismos que querían responsabilidad y altura de miras en el 99 la niegan en 2009. Respeto a los que se manifiestan y a los que no, pero la inmensa mayoría de vigueses y gallegos están a favor de que las decisiones sobre su ahorro se tomen aquí y no fuera.
P. ¿Hasta dónde cederá en la negociación con el Gobierno?
R. Yo siempre pedí diálogo, no me opuse a una discusión técnica, jurídica y política sobre esta cuestión. He instado a dejar de lado la confrontación. Pero esto no es un problema de una ley, sino de un Gobierno que no quiere que el ahorro gallego se concentre. Si hubiera sido la ley el problema, habrían recurrido la catalana, la vasca o la andaluza y no lo han hecho.
P. ¿El Banco de España le ha dicho que se opone a la fusión?
R. El Banco de España tiene un papel regulador, nosotros, otro. La única comunidad que ha remitido al Banco de España no sólo su informe sino una auditoría externa ha sido la Xunta. Esa empresa auditora ha hecho la fusión de cajas de Castilla León, supongo que si sirve para avalar la integración allí, también valdrá en Galicia.
P. Cuando usted le exige el mismo trato a Galicia que a otras comunidades desliza la idea de que el Banco de España se opone a esta fusión.
R. El Banco de España debe hablar él, yo no soy su intérprete. Digo que yo me someto a una auditoría a la que no se sometió nadie y también a contrastar los datos de fusiones en Cataluña o Andalucía. Si emplea el mismo criterio estaré tranquilo.
P. ¿Vetará cualquier otra alianza que le propongan?
R. Yo trabajo en la fusión que es buena para Galicia. A mí nadie me ha planteado una fusión externa, no está encima de la mesa. Tenemos la posibilidad de unirnos y si no lo hacemos ahora, no lo haremos nunca.
P. Es sabido que algunas cajas negocian con entidades de fuera. ¿Vetará esas alianzas?
R. Ningún directivo de las cajas, ni ningún presidente de una comunidad -y he hablado con algunos- me ha confirmado nada de esto. Ni de forma oficial, ni extraoficial. Sobre comentarios no me posiciono. ¿Qué haremos si una caja gallega quiere fusionarse con una que es cuatro veces mayor? Pues perderla. Y si una caja gallega quiere fusionarse con dos o tres similares, pues también la perderemos.
P. Y por eso usted lo vetará.
R. Cuando tenga esa propuesta me pronunciaré. Quiero ayudar a que el ahorro se quede en Galicia. Cualquier presidente responsable, de cualquier partido actuaría como yo. Que el Gobierno de Madrid tiene un poder que las comunidades no tenemos es obvio, que al Gobernador del Banco de España lo nombra el PSOE, también es obvio.
P. Si se desbloqueasen los problemas, ¿pactaría la presidencia de la caja con PSdeG y Bloque como se hizo en Madrid?
R. La presidencia de la quinta caja española exige un plus de profesionalidad, rigor y un equipo excelente. No es fácil arrancar una fusión en un escenario convulso como éste. A mí me valen los mejores profesionales de cada una de las cajas y el mejor que podamos fichar para llevar la quinta caja española. No tengo más interés que ése.
P. Las bases del decreto del gallego no convencen a casi nadie. ¿Veremos modificaciones?
R. Hemos abierto un período de propuestas y las estamos valorando para lograr un decreto donde prime el equilibrio entre las dos lenguas y la ambición de introducir un idioma extranjero. Las aportaciones para lograrlo serán tenidas en cuenta y luego hay otros organismos que apuestan por la inmersión. Es respetable pero ese modelo no es el nuestro, no está en mi programa. No nos gusta la inmersión en castellano ni en gallego.
P. ¿La consulta a los padres debe ser vinculante?
R. Les hemos consultado dos veces: en el programa electoral y en las encuestas. Ahora evaluamos las propuestas que se nos hacen para que la consulta a los padres siga teniendo peso. Es cierto que la mayoría de las propuestas recomiendan a la Xunta que sea el Gobierno el que establezca el criterio pedagógico. Estamos valorando cómo atender esa propuesta para que la Xunta concrete su modelo preservando el protagonismo de los padres en la decisión última.
P. ¿Se arrepiente de haber prometido una casilla para que los padres elijan el idioma de las asignaturas troncales?
R. En un sistema de equilibrio, me parece bien. Hay una ventaja, que todo lo que hemos dicho está por escrito: la resolución que presentamos en 2007 y también nuestro programa. Todo está en las bases. La elección dentro de un modelo de equilibrio lingüístico es una aspiración que planteará el decreto.
P. En la campaña prometió libertad y una casilla para elegir el idioma de las troncales sin mencionar ese equilibrio.
R. Hombre... ¡Que se me diga que no decía nada de equilibrio entre gallego y castellano cuando todo mi programa electoral hablaba de eso! Cuando uno establece esas bases, el sistema de elección es dentro de ese equilibrio. Yo dije que ese decreto lo derogaría, cosa que haremos, dije que abría la puerta a la imposición lingüística, cosa que dijo el PSOE en la última semana de campaña. No fui yo el que cambió de criterio.
P. ¿Ese equilibrio que propone es la mitad de asignaturas en gallego y la mitad en castellano?
R. Sí, mi modelo es el 50% en gallego, el 50% en castellano y tender a un porcentaje de lengua extranjera. El tema de los tercios es una ambición porque ya hay colegios de pago que pueden acceder a esa educación. ¿Por qué no en la pública?
P. El bipartito establecía el 50% de gallego como mínimo. ¿Era necesario tanto lío si al final se quitan sólo dos palabras?
R. Cambian más cosas, el decreto anterior decía que todas las troncales eran en gallego. No había equilibrio, y era el decreto de la imposición en el sentido de que los alumnos en clase debían dirigirse al profesor y hacer los exámenes en la lengua que determinase la Administración. Se cometió el error de pensar que Galicia no es bilingüe y el actual intenta volver al bilingüismo y la libertad . En unos años veremos cómo éste protege más la cordialidad lingüística.
P. ¿Por qué se manifestó el PP con Galicia Bilingüe cuando defiende una segregación que no cabe en nuestra legislación?
R. Porque compartíamos nuestro rechazo al decreto anterior y la defensa de la cooficialidad de las dos lenguas, y también porque hubo gente que fue agredida por pensar como piensa y eso me merece un respeto.
P. No me refiero a las concentraciones de condena contra las agresiones, sino a que el secretario general y otros cargos del PP participaron en una marcha que pedía la segregación por idioma.
R. Yo le expliqué por qué participamos, es una organización que sufrió agresiones y daños materiales en sus bienes. Compartimos la derogación del decreto, la cooficialidad de las dos lenguas. Hay otras cosas que, como se ve, no compartimos.
P. ¿Acepta que su discurso sobre el gallego fue errático y pasó de defender el 50% en cada idioma a una casilla para que cada padre eligiese en libertad?
R. La libertad está bien dentro del marco jurídico, fuera es otra cosa. Y aquí el marco jurídico, el Estatuto, habla de la cooficialidad de las dos lenguas.
P. ¿Le cuesta hacer entender esto al ala urbana de su partido?
R. No conozco a un dirigente del PP que no haya valorado un avance en estas bases, que no valore la apuesta por el inglés. Desde luego el comité de dirección ha respaldado unánimemente esa propuesta. Lo que es difícil de entender es el planteamiento del PSOE porque los nacionalistas están en su papel.
P. ¿Cree que la mayoría de Galicia está a favor de esas bases? Han sido muy contestadas.
R. No tengo duda, si no, hubiese hecho otra cosa. Llevo tres manifestaciones antes de presentar el decreto. Los que se han manifestado tienen mi respeto pero ellos están de acuerdo con la política lingüística del anterior gobierno y nosotros no. En eso consiste la democracia, los que se manifiestan contra la política lingüística están con la Xunta en su política financiera.
P. Santiago, A Coruña y Vigo protestan por razones diferentes, ¿cree que Galicia está preparada para erradicar los localismos como usted propone?
R. Galicia aprobará esa asignatura que ha empezado a estudiar por primera vez. A la mayoría de los gallegos la discusión norte-sur les parece anticuada, caduca. Lo de robarse cajas en la política del siglo XXI... Los empresarios que se la juegan en los mercados internacionales y saben lo difícil que es que el 5% del PIB español que representa Galicia, o el 6% de la población, que es la gallega, tenga un hueco en la Unión Europea, todos están a favor de coordinar la política aeroportuaria, cultural y de cajas. Los otros son los políticos del siglo XXI, hablan de norte y sur, llevan mucho tiempo en política, no se amoldan a los tiempos.
P. Hace un año repetía en campaña aquello de la crisis en la que injustamente nos metió el bipartito y prometía bajar el IRPF. ¿Qué fue de esa idea?
R. Nosotros planteamos también una reforma del impuesto de adquisición de viviendas y lo hemos hecho, cumplimos el objetivo de estabilidad presupuestaria. Se demostró que el agujero en los ingresos era de 609 millones, el de gastos de 500 millones y a pesar de ello hemos cuadrado las cuentas. Intento cumplir con nuestra obligación. Vamos a pagar en 45 días desde que la Xunta recibe una factura, redujimos un 50% los altos cargos, un 25% las consellerías y un 30% los asesores... Podemos hacer cosas mejor, pero algunas se están viendo con interés en el resto de España.
P. Usted repetía que aún con la crisis se podía bajar el IRPF, que lo habían hecho en el 96.
R. Nadie nos había dicho que Galicia debe 2.000 millones de euros por cantidades gastadas en 2008 y 2009. Eso da para tres rebajas del IRPF.
P. ¿Va a bajar el impuesto del IRPF como prometió?
R. Tengo tiempo hasta que acabe la legislatura y si la situación económica mejora, entonces será el momento de tomar la decisión. Las promesas electorales siguen vigentes.
P. Su sucesor también encontrará agujeros: los hospitales que hará en esta legislatura se pagarán en la siguiente.
R. Hombre, los sistemas de pago aplazado están en toda España, en hospitales de Baleares, Cataluña, Asturias... El AVE, las autovías, las obras en Europa, en un momento en que hay problemas de financiación, se están haciendo mediante el pago aplazado. No sólo el señor Feijóo.
P. Las listas de espera aumentan en lugar de disminuir.
R. Desde 2003 una normativa en España obliga a que las enfermedades de prioridad 1 esperen menos de 30 días. Con nosotros esperan 28, con el bipartito, 40. Hemos reducido un 80% la espera en cirugía cardíaca, traumatología, cadera y rodilla, y cirugía digestiva, problemas de cáncer. En la demora media total no hemos cumplido los objetivos, tenemos que incidir en eso, aunque ahora estamos preocupados por las personas más que por las estadísticas.
P. ¿Tienen alternativa para sustituir las peonadas?
R. Nuestra solución es no hacer por la tarde lo que no se hace por la mañana. Hemos hecho 3.500 operaciones más en horario de mañana. Aquellos servicios que incrementan la actividad de mañana y aún así tengan listas de espera, tendrán que autoconcertar por la tarde. En los que no llegan al rendimiento óptimo por la mañana, no se va a pagar por la tarde. Y ojo, los conciertos con la sanidad privada del bipartito subían un 10% cada año, nosotros los reducimos un 0,3%. Eso de privatizar la sanidad, se cae por su propio peso.
P. ¿Remodelará el Gobierno?, en poco tiempo hay conselleiros muy quemados.
R. Recuerde las primeras valoraciones del bipartito. Las encabezaban dirigentes que acabaron en una situación más débil. Mi abuela decía que el primer maíz es el de los pájaros, hay que esperar al maíz más fuerte. No, no la contemplo, estamos en una velocidad de crucero y en diez meses me someto a que se valore el trabajo del Gobierno en sus áreas fundamentales. Trabajamos con la ilusión intacta.
P. En el PP de Ourense usted pidió renovación y Baltar sucede a Baltar. ¿Fue un toque de atención a la dirección del PP?
R. Tras 18 años conseguimos que haya dos candidatos y que la democracia se haya instalado en el PP de Ourense para quedarse. Se votó, fue un congreso disputado y no podemos no aceptar el resultado de las urnas.
P. Ustedes apoyaron a Jiménez Morán y perdió.
R. Si así fuera no apoyaríamos a nadie, no vaya a ser que pierda. Yo creo que ése no es el buen servicio. En Ourense estoy satisfecho con que hubiera más de un candidato, me parece fundamental que sepa todo el mundo, incluido yo, que en el PP no manda una persona, ni en Galicia, ni en Ourense. Este partido tiene unas profundas raíces democráticas. En el congreso la parte positiva fue la elección, hubo campaña y votaciones, la negativa es que hay cosas que hicimos mal de cara al exterior que no se deberían repetir.
P. ¿Qué objetivo se marca para las municipales?
R. Hace un año nos decían que era imposible la mayoría absoluta y yo creí que ganar no era suficiente. Hay que ser ambiciosos, intentar recuperar las dos diputaciones que nos faltan y el Gobierno en las ciudades. Si son cinco o seis, pues no lo sé.
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