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PUES NO ESTOY MUY SEGURO | OPINIÓN
Columna
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El chisme contra el juez

Juan Cruz

Esto es un chisme.

Iba de madrugada por la terminal 4 de Barajas y encontré a una mujer que le explicaba a un hombre lo siguiente:

-Esa tía se cree Belén Esteban. ¡Y ni yo, que soy Belén Esteban, me creo Belén Esteban!

La mujer resultó ser Belén Esteban, famosa como Belén Esteban, aunque ella no se cree que sea Belén Esteban.

Eso es un chisme tal como se entiende popularmente. Ahora hay chismes por todas partes, pero en la tele es donde los chismes dan como resultado a personas que no se creen Belén Esteban.

El último miércoles decía Elvira Lindo en su columna de última página en EL PAÍS que al juez Garzón lo están asediando con chismes.

Y esa palabra, chisme, me llevó no sólo a la historia de la persecución de Garzón, que comenzó con un chisme lanzado contra él porque aparentemente había recibido un dinero de un banco por haber dado unos cursos en Nueva York, sino porque en mi pueblo, Canarias, chisme tiene otra acepción mucho más terrible que aquella que protagoniza, entre otros, la mujer que no se cree que sea Belén Esteban.

En mi tierra se llama chisme al encendedor. "Préstame el chisme", le dice un fumador a otro. En realidad, chisme es una palabra multiuso que también usaba mi abuelo para referirse al aparato con el que se aliviaba el asma. "Tengo asma y no traje el chisme".

A Garzón lo están ahogando a punto del asma, y ya se sabe que ésa es una enfermedad que sólo se nota cuando ya hace falta usar el chisme. Han venido a auxiliarle algunos bienaventurados, pero entre un juez que lleva sombrero y otros que también le odian le están rompiendo el suelo y lo van a dejar en el aire.

Están usando el chisme en su acepción más incendiaria. Yo no sé si los jueces leen mucho, pero este juez tocado con sombrero tendría que leer los trabajos que sobre las consecuencias que tiene la envidia ha escrito Castilla del Pino. Una de esas consecuencias es la de buscar por todos los medios la anulación de la persona a la que no quieres ver delante. Castilla es muy prolijo, porque era psiquiatra, pero como ahora vivimos en la era del resumen se me permitirá que con ese brochazo explique lo que quería decir el llorado escritor de Córdoba.

Han salido algunos en defensa de Garzón. Pero en contra no sólo hay una legión sino una Falange, en sentido estricto. Y un sindicato que se afana en destruir con un chisme todo lo que halla a su paso. El incendio ha sido preparado minuciosamente, y el chisme está que arde. No lo dejarán inservible: ese chisme les dará para incendiar aún más.

Ilustración de Matt
Ilustración de Matt

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