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Columna
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Política para dos ciudades

La diputada de Esquerra Unida Marga Sanz presentaba ayer por la tarde en la Casa de Cultura de Villena la Convocatòria Ciutadana pel País Valencià, que promueve su formación. A esa misma hora, el Bloc Nacionalista Valencià reconstituía su colectivo en Benidorm con la intención de presentar candidatura en las próximas elecciones locales, se supone que integrada en la Coalició Compromís, la plataforma que el partido que dirige Enric Morera comparte con Iniciativa del Poble Valencià y Els Verds-Esquerra Ecologista. Las formaciones minoritarias mueven sus peones sobre el territorio de cara a unas elecciones autonómicas, en 2011, en las que se jugarán su supervivencia parlamentaria, tras el fracaso estrepitoso de su convivencia al inicio de la actual legislatura.

También las formaciones mayores se juegan apoyos fundamentales en las ciudades valencianas. El miércoles, sin ir más lejos, el secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, visitó Villena. El dirigente socialista, que lleva semanas de gira por las poblaciones de más de 20.000 habitantes, aseguró que su partido está preparado para relevar a la actual alcaldesa, Celia Lledó, y acusó al presidente Francisco Camps de ser "el responsable absoluto del desgobierno" en la capital del Alto Vinalopó. Para ello esperará a que las urnas se pronuncien. Una actitud que contrasta con la entusiasta conquista del Ayuntamiento de Benidorm por parte de doce concejales socialistas y un tránsfuga hace sólo unos meses.

La comparación entre una ciudad y otra es llamativa. En Benidorm se salió de la disciplina del grupo un concejal del PP para derribar a Manuel Pérez Fenoll de la alcaldía con una maniobra clásica de transfuguismo que tiene un famoso precedente en el municipio. En Villena no ha sido uno sino cinco los concejales que han abandonado a la alcaldesa del PP, fruto de una crisis interna largamente larvada entre ripollistas y campistas, una crisis que ha llegado a las manos, como ya ocurrió en la vecina ciudad de Elche, donde tal vez por eso los populares siguen en la oposición.

Ni uno ni cinco. Alarte, con quien se alinean sin duda los siete concejales socialistas de Villena, no está dispuesto a presentar una moción de censura para capitalizar el transfuguismo ni aunque, como es el caso, la situación de la alcaldesa legítimamente elegida resulte tan precaria. El líder del PSPV-PSOE sólo consiguió en su momento de los doce regidores de Benidorm que se dieran de baja del partido, incluyendo a la madre de Leire Pajín, la secretaria de Organización federal del PSOE. Pero eso fue fruto de una insuficiente autoridad orgánica, algo mucho menos grave que una volubilidad de principios o un oportunismo crudo y duro como los exhibidos por los munícipes benidormenses y por quienes les jalean. Desde luego, el PP no está en condiciones de dar ni una lección ni media.

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