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DESDE EL PARQUÉ

Desilusión en los mercados financieros

En los mercados se esperaban hechos concretos por parte de la UE sobre la forma de ayudar a Grecia y se encontraron con una serie de vaguedades sin fin que desesperó a los inversores.

La Bolsa española que, como la mayoría de las plazas europeas, abrió al alza, terminó la sesión con un recorte que indica la desilusión de los inversores ante la actuación de los líderes de la UE.

El Ibex 35 subió el 0,98% en la apertura, hasta los 10.557,40 puntos, para llegar a perder el 2,80%, con un mínimo intradía en 10.162,70 puntos. Al final el descenso fue del 1,66% y el Ibex 35 se situó en 10.281,70 puntos.

La mayoría de los analistas y los inversores jugaba con la idea de "algún tipo" de ayuda concreta a la economía griega aunque, como les sucedió después a los líderes políticos, nadie conseguía definir la más adecuada. En el fondo, cualquier tipo de ayuda se habría considerado como una alteración de la normal dinámica de los mercados al introducir variables que distorsionarían las expectativas. Al final, lo único que queda claro es la disposición de la UE a tomar algún tipo de medida en algún momento, lo que ya es un aviso a la inversión más agresiva.

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En la Bolsa española esta sesión se caracterizó por la baja actividad, un dato que indica que la mayor parte de los inversores consideraba las subidas de los días anteriores como una valoración más que suficiente para el escenario conocido. Las tomas de posiciones de los primeros minutos de la sesión no encontraron continuidad y ello provocó un desgaste que ya no cesaría hasta el final de la jornada.

La apertura al alza de la Bolsa de Nueva York ante un buen dato de empleo apenas contribuyó a frenar las caídas, pero sí que marcaba diferencias entre el ambiente a uno y otro lado del Atlántico. Las peticiones semanales de subsidio de desempleo descendieron en 43.000 respecto de la semana anterior y animaron a los inversores.

Uno de los focos de atención de esta sesión estuvo en los mercados de divisas, en los que las oscilaciones del euro mantuvieron en vilo a los inversores. El cambio oficial del BCE fue de 1,3718 dólares por euro, pero tras la cumbre de la UE llegó a caer hasta 1,3603, para remontar posiciones a última hora.

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