Button vuelve a verlo claro

La satisfacción que Alonso sintió la semana pasada cuando salió a la pista por primera vez al volante de su nuevo Ferrari contrastó con el mal humor que le entró a Jenson Button, que también estrenaba coche en McLaren. El vigente campeón apenas pudo pronunciarse entonces acerca de las prestaciones del monoplaza, debido a los problemas de visibilidad en el habitáculo. Y eso a pesar de que, la noche antes, los mecánicos estuvieron modificando la posición de conducción hasta la una de la madrugada. A Button, que mide 1,82m, no le gusta ir sentado demasiado alto, y eso es lo que le pasó en Cheste. "Evidentemente, el asiento lo confeccionamos hace tiempo. Pero nunca es lo mismo que cuando te subes al coche", dijo entonces el corredor británico. Al final de aquella sesión, Button consiguió encontrar la postura idónea, y eso se ha visto reflejado en Jerez estos dos últimos días.

"Ahora sí que hemos podido aprovechar el tiempo y trabajar en serio. Me he sentido muy bien, como en casa", dijo el ex corredor de Brawn, que terminó con la tercera vuelta más rápida del día. "La base del coche es buena. De todas formas, aún nos queda mucho trabajo por delante antes de que

sea capaz de ganar carreras", matizó Button, que hoy y mañana dejará el camino despejado para que sea Lewis Hamilton, su nuevo vecino de taller, el que siga calibrando el MP5-25.