'Bernarda' gótica y tenebrosa
Que a estas alturas alguien aporte una lectura nueva e interesante de la más popular de las tragedias lorquianas no deja de producir un cierto regocijo. La mirada que Antonio Díaz-Florián hace de La casa de Bernarda Alba es luminosa al tiempo que inquietante. El director, criado profesionalmente en París de la mano de grandes de la escena como Arianne Mnouchkine (Teâtre du Soleil), lucha desde hace años en el barrio de Lavapiés por mantener una de las salas alternativas más bellas y con una de las programaciones más dignas y serias de la ciudad: el teatro Espada de Madera (Calvario, 21).
Estos días acoge una Bernarda tenebrista en la que la amargada viuda, sus hijas, las criadas... se han convertido en un trasunto de enanas hidrocéfalas valleinclanescas con toques góticos, todas ellas puestas con inteligencia al servicio de una versión agónica, estertórea y asfixiante en la que se da un brillante equilibrio entre interpretación y dirección.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.