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EL CÓRNER INGLÉS | Internacional
Columna
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Italia contra el adulterio

- "¿Quién hubiera pensado en pedir

a uno de los nuestros que se convirtiese en autoridad moral sobre una cuestión tan delicada?"

-Il Giornale, de Italia, cuyo propietario es Silvio Berlusconi.

El comportamiento del capitán de la selección inglesa debe de ser, como el de la esposa de César, irreprochable. Así lo ha entendido el seleccionador, Fabio Capello, que el viernes destituyó a John Terry de la capitanía tras la noticia del año en Inglaterra, superando incluso a la de Tiger Woods, de que había sido infiel a su esposa con la novia de un compañero de equipo.

Es curiosa, a primera vista, la decisión de Capello, y casi perverso que un nativo del país de Silvio Berlusconi se haya visto obligado a emitir un juicio final sobre los excesos adúlteros de Terry, casado y con dos hijos. La prensa italiana se lo había pasado en grande regocijándose ante la frivolidad e hipocresía del pueblo inglés y pronosticando que su compatriota no sucumbiría a la irracionalidad de quitarle el brazalete a un jugador que, en el campo, es un líder nato. El error fue subestimar la flexibilidad del sargento Capello, que ha traicionado sus valores nacionales a cambio de ser reconocido como fiel representante de la extraña cultura inglesa.

Capello ha traicionado sus valores nacionales por ser reconocido fiel representante de la extraña cultura inglesa
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Inglaterra, un brazalete con certificado moral

Inglaterra es un país de cotillas moralistas. Se ha construido la industria mediática más exitosa de Europa en base a la fascinación que les provoca las vidas sexuales de los famosos, y de los medio famosos. Disfrutan como locos de la lectura (The Sun, The Mirror y el Daily Mail venden un total de siete millones de ejemplares al día) y, acto seguido, se indignan profundamente. Guiados por el sentencioso tono editorial de los mismos periódicos cuya supervivencia depende de la publicación de fotos de mujeres semidesnudas y de contar con jadeante lujuria los pecados nocturnos de los futbolistas, actores, políticos y participantes del programa Gran Hermano, se transforman de un día al otro en mojigatos, se escandalizan, exigen sangre. Y sangre fue lo que Don Fabio les dio. En un breve comunicado emitido el viernes por la tarde, Capello reconoció que "lo mejor para Inglaterra" sería remplazar a Terry, aunque seguiría contando con él como jugador.

La mala noticia para la Inquisición pública inglesa es que "la otra mujer", la que pecó con Terry, no les va dar ni el placer de confesar los pormenores de su fugaz relación, ni la satisfacción de poder darle el castigo que se merece. Incluso más sorprendente que la decisión de Capello fue la de Vanessa Perroncel de no vender su historia al mejor postor. Desde que salió la noticia hace una semana, el mundo periodístico inglés supuso que la Perroncel -de origen francés- haría lo que hacen todas las mujeres en su delicada situación: contarlo todo a cambio de una jugosa cantidad de dinero al Sun o al Mail o al dominical News of the World (campeón del mundo occidental, con tres millones y medio de lectores). Se hablaba de cercana a los 300.000 euros.

Pero no. Colosal decepción. La prensa inglesa, siguiendo el guión, se había pasado la semana lapidándola. Pero de repente, casi al mismo tiempo que Capello anuncia la caída de Terry, Perroncel se erige en toda una María Magdalena. A través de un portavoz, declara que su prioridad es proteger a su hijo de tres años y que no ve ningún interés -ni para él, ni para ella- en contar su historia a la prensa, y que no piensa decir nada más al respecto.

El mundo, claramente, se está volviendo loco. Italianos contra el adulterio; adúlteras que desdeñan el ejemplo pecunario de las novias de Tiger Woods. Menos mal que hay otro italiano en Inglaterra que mantiene la lógica y la cordura. Carlo Ancelotti, el entrenador del Chelsea, ha dicho que ni se le ha pasado por la cabeza imitar el ejemplo de Capello. Terry sigue como capitán del Chelsea, líder de la Liga inglesa, y punto. "Nada ha cambiado," declaró Ancelotti. "Sigue jugando bien, haciendo lo mejor que sabe en el campo". La cultura adoptiva del hombre de hierro Capello le ha acabado corrompiendo. Debe de sentir vergüenza. Él sabe mejor que nadie que para un italiano de verdad, para un hijo de Maquiavelo, el pragmatismo es todo.

Premier League (25ª jornada): Manchester United, 5; Portsmouth, 0. Liverpool, 1; Everton, 0. Hull City, 2; Manchester City, 1. Sunderland, 1; Wigan, 1. Hoy: Chelsea-Arsenal (17.00, Teledeporte).

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