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Fainé a Zapatero: "Hay que resistir"

La Caixa alerta de otra oleada de morosidad y multiplica dotaciones

El presidente de La Caixa, Isidre Fainé, eludió ayer entrar a juzgar la labor del Gobierno para reconducir la crisis de credibilidad que sufre la economía española. Pero, poniendo por delante un mensaje de confianza, que situó la recuperación en el segundo semestre de "este año de transición", sí le lanzó un par de recomendaciones.

La primera, que tenga aguante: "Los mercados nos castigan. La ola es fuerte. Pero hay que resistir", subrayó. La segunda, que afronte los problemas con "carácter", parafraseando al general Charles De Gaulle, para quien el carácter es la virtud de los tiempos difíciles. "La situación es compleja, la administración hace lo que puede, pero el país se recuperará", remachó. "No es fácil gobernar un país, una empresa o una familia", se mostró comprensivo.

La caja, que ganó un 16,2% menos, mantiene que no entrará en fusiones
Fainé dice que Repsol no se vende y que la relación con Brufau es "inmejorable"

Tampoco fue fácil gobernar La Caixa en un 2009 calificado de "duro" por su director general, Juan María Nin. El esfuerzo de la primera caja española en apartar dinero para dotaciones con que hacer frente, sobre todo, a la ola de insolvencias de esta crisis se contabiliza en 2.821 millones de euros, de los que 2.092 se han cargado a las cuentas de 2009 (un 126,4% más que en 2008).

- El beneficio cae un 16%. Los resultados de 2009 se resintieron de este esfuerzo con las dotaciones, y cayeron un 16,2%, hasta los 1.510 millones de euros. El margen de intereses y el de explotación, aumentaron ligeramente por encima del 12%.

A este momento extraño de la economía, La Caixa ha respondido en cuatro frentes: cultivar su tradicional coto de la banca minorista, cuyo liderazgo sigue intacto en España, vigilando al tiempo la contención de costes. Los otros dos son llevar adelante la internacionalización y diversificación, con apuestas como la aseguradora Adeslas y el refuerzo en el capital del austríaco Erste Bank, y blindar la solvencia de la entidad, que destaca en España por su core capital (el indicador de los recursos propios de mayor calidad). Es del 8,7%. La inversión en crédito aumentó levemente, un 0,9% en parte por el tirón público.

- 600 gestores para cobrar. La morosidad escaló durante el ejercicio hasta un 3,42%, que, pese a moderarse ligeramente en el cuarto trimestre del año, casi sumó un punto más que el año anterior. Aún así, está en niveles inferiores a la media del sector, de un 5,05% el pasado noviembre. La entidad explicó que, desde 2007, en el inicio de la tormenta financiera, ya destinó a un plantel de 600 empleados a gestionar el cobro de créditos con potenciales problemas. La cobertura es del 62%, sin contar las garantías reales.

"Viene ya la segunda ola de morosidad", alertó Nin, en alusión a la próxima "caída" de nuevos promotores pequeños y medianos y de "otras cosas" que no detalló. La crisis inmobiliaria ha convertido a La Caixa en accionista de Metrovacesa y, de nuevo, en accionista de Colonial. Sobre esta última, Nin enfatizó que "ha girado 180 grados".

- Viviendas en venta. A resultas de la debacle del ladrillo y de los impagos de hipotecas, la caja ha amasado una cartera de inmuebles valorada en 3.097 millones de euros, de los que 1.900 corresponden a activos de promotores, 826 millones a inmuebles de particulares y el resto, a viviendas en alquiler.

A diferencia de otras entidades, la política de la caja no va a ser intentar sacar al mercado todos los inmuebles que pueda, sino gestionar la voluminosa cartera en función de cómo evolucionen los precios. Las estimaciones de Fainé son que éstos no volverán a los niveles previos a la crisis antes de que transcurran unos cuatro años. "No es una decisión fácil", dijo por su parte Nin, al ser inquirido sobre la rentabilidad de vender ahora o si esperar. En todo momento hablaron de que la caída real de precios de la vivienda ha sido del orden del 30%.

Preguntados sobre la exposición de la banca al riesgo inmobiliario, y a la parte del pastel (más de 320.000 millones) que corresponde a la caja, sus responsables cifraron ésta en un 7% (la cuota de mercado de crédito de La Caixa en España es del 10%). "Pero exposición no quiere decir que entre en mora", subrayó Nin. No concretó qué parte cree que sí.

- No a las fusiones. El movimiento de concentración que viven las cajas españolas continuará siendo, al menos por ahora, algo ajeno a La Caixa. "No ha habido nada", señaló Fainé en alusión a Caja Madrid. La entidad, embarcada en la expansión exterior, asegura que nadie le ha pedido que rescate a ninguna entidad.

- La Obra Social aguanta. La bajada del beneficio no se tradujo en un recorte equivalente de los recursos a Obra Social, que fueron de 500 millones de euros.

- Repsol no se vende. Una de las preguntas más reiteradas a Fainé y Nin fue su participación en Repsol y el alcance del apoyo al presidente de la petrolera, Antoni Brufau, a raíz de su enfrentamiento con el primer accionista, Sacyr. Fainé aseguró que su paquete en Repsol "no está en venta" y que no negocia su salida, y calificó de "inmejorables" las relaciones con Brufau.

- Sueldo de 2,64 millones, congelado. El presidente de La Caixa percibió una retribución total de 2,64 millones en 2009, la misma cuantía que en el año 2008, según el informe de gobierno corporativo difundido ayer por la entidad.

El presidente de La Caixa, Isidre Fainé, durante la presentación de resultados, ayer en Barcelona.
El presidente de La Caixa, Isidre Fainé, durante la presentación de resultados, ayer en Barcelona.MARCEL-LI-SÀENZ

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