Adiós en El Bruc a John Felipe Romero
La familia del militar fallecido recibe de manos del Príncipe de Asturias la Cruz del Mérito Militar - El cuerpo será repatriado a Colombia
En el Patio de Armas del Cuartel de El Bruc de Barcelona, donde se ofició ayer el funeral de John Felipe Romero, el soldado muerto en el ataque de Afganistán el pasado lunes, la sobriedad y el aspecto recio de los militares se rompió cuando entonaron La muerte no es el final.
Bajo un cielo azul, sin una nube, los compañeros del regimiento del militar caído, entre los que hay varios inmigrantes latinoamericanos, dieron el último adiós a su compañero. El sentimiento con que cantaron el tradicional himno militar llegó en algún caso hasta las lágrimas, en contraste con la estampa y sobriedad de los uniformes y puesta en escena militar.
El acto empezó a las diez de la mañana cuando el féretro ingresó envuelto en la bandera española y portado por ocho de sus compañeros. Fue depositado en un altar improvisado en la explanada del cuartel barcelonés de El Bruc, ubicado en la parte alta de la ciudad.
La familia de Romero y su novia, todos de origen colombiano y vecinos del municipio catalán de Mollet del Vallès (Barcelona), estaban en primera línea y recibieron de las manos del Príncipe de Asturias la bandera que cubría el féretro, la prenda de cabeza del fallecido y la Cruz del Mérito Militar.
Al acto también asistieron la vicepresidenta Elena Salgado; la ministra de Defensa, Carme Chacón; el presidente catalán José Montilla; el presidente del PP, Mariano Rajoy y el embajador de Colombia, Carlos Rodado. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no acudió al acto pues tenía que viajar a Washington, donde anoche tenía una reunión. Salvo el PSC y el PP, los partidos catalanes no enviaron representantes.
También se hizo presente gran parte de la cúpula militar, encabezada por el Jefe del Estado mayor, el general Julio Rodríguez. En la ceremonia religiosa, que fue concelebrada, el obispo castrense de Colombia, Flavio Suescún, pidió que eventos como la muerte de Romero no hagan "abdicar los grandes ideales castrenses". Así mismo aseguró que "la libertad de nuestras fronteras nos la jugamos a kilómetros de aquí".
Después de la ceremonia, la familia se reunió en el Tanatorio de la Ronda de Dalt, a la espera del tercer hermano, que llegó a media tarde desde México. La familia repatriará el cuerpo en los próximos días y allí será incinerado.
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