David Brown, gran 'conseguidor' de Hollywood
Fue productor de películas como 'El golpe' y 'Tiburón'
David Brown, el productor que lanzó las carreras cinematográficas de Steven Spielberg, Elvis Presley y Morgan Freeman, entre otros, falleció el 1 de febrero en su casa de Nueva York, a los 93 años. Aunque su nombre no siempre aparecía en los créditos de las películas en las que se implicaba, su aportación al cine y el teatro será recordada por extensa y variada, incluyendo musicales de Broadway, taquillazos como Tiburón (1975) y obras maestras como Patton (1970), Veredicto final (1982) o El golpe (1973).
Brown dijo en una ocasión que había aprendido a vivir "como si siempre fuera 1929", habituado a las crisis, los despidos y los cambios de rumbo. Nació donde murió, en Manhattan, el 28 de julio de 1916, y en cuanto pudo escapó a California para estudiar Física, aunque terminó de vuelta en la Gran Manzana, licenciándose en Periodismo por la Universidad de Columbia. A finales de la década de los treinta trabajó para diversas revistas y periódicos, como The Saturday Evening Post o The Wall Street Journal. En momentos menos boyantes se dedicó a idear chistes para los cómicos de la radio y a escribir los horóscopos que la gente leía en los vagones del metro.
Junto a su esposa, promovió la nueva etapa de la revista 'Cosmopolitan'
Fue llamado a filas en 1943, cuando por fin había conseguido un buen empleo en la revista semanal Liberty. A su regreso no sólo le guardaron el puesto, sino que le ascendieron a editor jefe. En 1951 dio el salto a Hollywood: la 20th Century Fox le contrató para que seleccionase buenas historias. Tenía 34 años y convencía a Elvis Presley para atreverse con la gran pantalla y hacer su primera película: Love me tender (1956). Pero poco después, sin previo aviso, volvía a ser 1929 y los problemas económicos de la productora le dejaban en la calle. Cuando pasaron las vacas flacas, en 1969, regresó a la Fox, donde ascendió a vicepresidente en la época de Dos hombres y un destino, ganadora de cuatro oscars, y de M.A.S.H. (Palma de Oro en Cannes 1970). Aunque nunca pudo recoger un Oscar por no figurar en los créditos en el momento adecuado, dos de los filmes que ayudó a crear recibieron el galardón a la mejor película: El golpe y Paseando a Miss Daisy (1989).
En 1972, después de su enésimo despido, se metió en una productora junto al hijo de uno de los directivos de la 20th Century Fox, y en 1988 decidió irse por libre y fundar The Manhattan Project, con la que facturó películas como Algunos hombres buenos (1992), Deep impact (1998), Las cenizas de Ángela (1999), Chocolat (2000) y Camino a la perdición (2002).
A su tercera y última esposa, Helen Gurley, la conquistó con una idea para un best seller. Ella lo tituló Sex and the single girl, y fue uno de los libros más vendidos de 1962. El éxito fue tal que miles de mujeres enviaron sus dudas sentimentales a Helen. Fue entonces cuando los recién casados pensaron en crear una revista dirigida a esas lectoras. Rediseñaron el Cosmopolitan en 1965, con Helen como editora y Brown firmando artículos con títulos del estilo Cómo ser muy bueno en la cama.
Como buen productor, fue todo un conseguidor, y convenció a George C. Scott (actor arisco que en 1962 había rechazado una nominación a los Oscar) para meterse en la piel del general Patton. Cosechó fama de gentleman, y siempre dijo que disfrutaría hasta el final de los placeres de la vida, entre los que destacaba la ropa elegante y a su mujer. En 2006 publicó una especie de manual de autoayuda, La guía de Brown para la buena vida: lágrimas, miedo y aburrimiento.
En 1991, el gremio le concedió el premio a toda una vida, y Brown reaccionó así: "Me lo tomo como un premio de mitad de carrera". Tenía 76 años.