Intermediarios
No deja de sorprenderme, en el debate sobre la propiedad intelectual, la defensa que algunos creadores hacen de los intermediarios de la cultura, máxime cuando muchos de ellos han expresado su disgusto por la injusta diferencia que sufren los agricultores entre el dinero que reciben por sus productos y el precio final que los consumidores pagan en los mercados. Los consumidores tenemos el derecho a buscar y adquirir los productos -culturales o de cualquier otra cosa- allá donde sus condiciones sean más económicas. Si las industrias culturales se niegan a poner sus productos en los formatos y condiciones más favorables, no es de extrañar que los ciudadanos busquen atajos para consumirlos. Por otra parte, somos muchos los que leemos, vemos películas o escuchamos música gratis desde hace años gracias a las bibliotecas, sin que la industria cultural se haya resentido por ello.
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