Ruth P. Smith, pionera del derecho al aborto en EE UU
Ruth P. Smith, defensora del derecho al aborto, fundadora de la mayor organización estadounidense a favor del derecho de las mujeres a elegir si continúan con su embarazo y, en sus últimos años, abogada de la causa de la eutanasia, murió el 22 de enero en su casa de Nueva York, a los 102 años de edad.
Nacida Ruth Proskauer en Nueva Jersey, en 1907, hija de un célebre abogado, estudió en Nueva York y se casó en 1932 con Theodore Smith, con quien tuvo dos hijos antes de divorciarse en 1946.
Entonces comenzó a trabajar por el derecho de las mujeres a decidir en cuestiones de maternidad, a través de la Liga de Planificación Familiar de Massachusetts. Eran los años cuarenta, cuando el aborto era ilegal en Estados Unidos salvo grave riesgo para la salud materna y, en algunos Estados, en situaciones de incesto o violación.
"Contra la ley de Dios"
"En 1946 recibí una llamada de la Liga de Planificación Familiar de Massachusetts, en la que me pedían ayuda para una iniciativa en la que exigíamos que se permitiera a los médicos facilitar anticonceptivos a mujeres casadas", explicó recientemente en una entrevista con la agrupación nacional contra la penalización del aborto NARAL, que ayudó a fundar. "Dos años después, perdimos en las urnas. En aquella época, el aborto estaba contra la ley de Dios".
Después se mudó a Nueva York, donde trabajó como jefa de los servicios de planificación familiar (los que eran legales) en el hospital Mount Sinai. De 1955 a 1964 fue directora ejecutiva de la Asociación de Mejora Humana de la Esterilización Voluntaria y, hasta 1966, de la Asociación para el Estudio del Aborto. El gran momento de su carrera como activista llegó en 1967, cuando creó, con otros voluntarios, la Asociación para la Derogación de las Leyes del Aborto, que hoy se conoce como NARAL.
A finales de los sesenta, la sociedad fue teniendo una idea más favorable del aborto. En 1970, el Estado de Nueva York aprobó una ley, conocida como la ley Cook-Leichter, que estableció que el aborto era un asunto a decidir, exclusivamente, entre una mujer y su médico. El texto de esa ley se escribió en el salón del apartamento de Smith en Nueva York. En 1973, el Tribunal Supremo declaró el aborto legal "hasta que el feto sea viable". Fue el triunfo de Smith, entre muchos otros activistas. Tras su éxito, se dedicó a luchar a favor el derecho a la eutanasia, una causa que heredó de su madre, Alice Naumburg Proskauer.
Vivía en el edificio Dakota, un emblema en Manhattan, donde Roman Polanski rodó La semilla del diablo y donde en 1980 David Chapman asesinó a tiros a John Lennon. Hasta el año pasado dio clases, cuatro veces a la semana, en la academia Quest, en el City College, donde los jubilados acuden a darse clases mutuamente, como una universidad de mayores. Enseñaba, como experta que era, sobre el funcionamiento y la historia del Tribunal Supremo de EE UU.
Sus familiares la definen como una mujer independiente, de carácter fuerte y dueña de sus facultades hasta sus últimos días. "Murió donde quiso, cuando quiso y como quiso", dijo su hijo, Anthony Smith, al diario The New York Times. Ella misma dijo en una entrevista el año pasado: "Como lo que quiero. Antes bebía, por las noches, con Walter Cronkite. Dos o tres martinis. Eso ya no puedo hacerlo". Deja dos hijos, seis nietos y seis biznietos.
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