"Guti ve el fútbol en tres dimensiones"
En el Madrid destacan la brillantez y la continuidad del medio cuando se siente integrado
Dice un directivo del Madrid que Picasso nunca se levantaba a las ocho de la mañana a pintar. Por lo tanto, no se le puede pedir a Guti que no haga lo mismo. "A los jugadores con ese talento hay que dejarles libres, no machacarles con horas de trabajo, porque van a su ritmo". Guti, efectivamente, va a su ritmo. Tardó dos meses en recuperarse de un hematoma en un muslo y mandó a coger amapolas a todo aquél que dudaba sobre si no era demasiado tiempo. Reapareció el 10 de enero contra el Mallorca: siete minutos. Ante el Athletic alcanzó los 30. Fue titular en el amistoso de Albania. Y aguantó 67 minutos contra el Málaga. El sábado, frente al Deportivo, volvió a ser titular (no lo era desde el 4 de octubre en Sevilla). En el minuto 92 se quitó el brazalete de capitán, exhausto, pensando que Manuel Pellegrini le iba a sustituir. Arbeloa y Albiol le agarraron diciéndole: "¿Adónde vas, no ves que ha pitado el final?".
"Tiene un talento fuera de lo común", dice Pardeza del centrocampista
Guti fue el que más se asoció: participó en 74 jugadas, dio 77 pases buenos de 98 (por 74 y 54 de Xabi Alonso y Granero) y asistió a Benzema con un soberbio taconazo. El Madrid recibió 12 faltas y cinco se las hicieron a él. Luego, abandonó Riazor diciendo que había intentado "jugar fácil". Así es Guti. "Vi a Benzema con el rabillo del ojo. Aranzubia y el defensa venían a por mí y pensé que lo más fácil era pasársela. Esto es el fútbol: que tu compañero pueda hacer gol", declaró. Pellegrini calificó el gesto de sutil y elegante. Pero reivindicó la jugada de grupo. Tres toques para llegar a puerta: Marcelo lanza a Kaká; Kaká, a Guti, y Guti se inventa un gran pase soberbio que Benzema se encuentre toda la portería para él.
"Tiene un talento fuera de lo común. La mayoría ve el fútbol en dos dimensiones. Guti lo ve en tres. Cuando está motivado y se siente integrado, se implica con continuidad", dice Miguel Pardeza, director deportivo del Madrid. El canterano fue el que más se asoció en la noche en la que compartió la medular con los jugadores más técnicos: Granero, Alonso y Kaká. No coincidían desde la segunda jornada de la Liga, en Cornellà. El sábado, Pellegrini los volvió a juntar por obligación (Lass, Gago, Diarra y Van der Vaart eran baja por lesión). Resulta que, con eso y la gran aportación de Guti, el Madrid rompió el maleficio de Riazor. Pellegrini y Jorge Valdano se empeñan en decir que no es una solución definitiva, que también depende del rival. Pero juntar a esos cuatro tuvo varias consecuencias. El equipo encontró la pausa y la fluidez que tanto invoca Valdano y que tanto añoraba Pellegrini. Los más beneficiados acabaron siendo los laterales, que, con más reposo en el medio, tienen más tiempo para incorporarse al ataque.
La ausencia de Lass, hasta ahora uno de los intocables, demostró que Alonso se asocia mejor cuando tiene al lado jugadores como Granero y Guti. Menos el primer gol, fruto de un error de Laure, los otros vinieron de jugadas elaboradas. El primero de Benzema, con tres toques. El segundo, con cinco: Kaká-Granero, Granero-Benzema, Benzema-Granero, Granero-Arbeloa y Arbeloa-Benzema. "Guti, Granero y Xabi son centrocampistas específicos -Marcelo no lo es y Lass tampoco-, de corte ofensivo, que aguantan mucho el balón. Eso hace que el equipo se sienta más cómodo. Habrá ocasiones en los que se necesite más contención", advierte Pardeza. A lo que nadie se atreve a contestar es si el Guti del sábado, esta vez, será el Guti de verdad. El Guti más útil para el Madrid: el que combina brillantez con continuidad.
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