Griñán apostará por el relevo generacional

El domingo pasado Manuel Chaves y José Antonio Griñán acordaron adelantar al mes de marzo el congreso extraordinario del PSOE de Andalucía. Decidieron poner fin a una situación de bicefalia -la secretaría general sigue en manos del primero, pero la presidencia de la Junta en las del segundo- tan inesperada en dos amigos desde hace 30 años como "insostenible". El lema del congreso en el que trabaja el secretario de Organización, Rafael Velasco, lo elegirá Griñán mañana lunes, una vez que la última ejecutiva regional dirigida por Manuel Chaves convoque formalmente el cónclave, que se anticipa dos años respecto a los plazos ordinarios (verano de 2012). Pero el eslogan bien podría ser el "cuanto antes, mejor" al que se han sumado todos una vez que han constatado que "cuando el pescado se saca del congelador, se pudre", como dice un dirigente provincial.

El alivio ha sido el primer efecto que se ha instalado en el PSOE al saber que a partir del 13 de marzo, se acabó la interinidad, que Griñán tendrá la ejecutiva que quiera, la dirección del grupo parlamentario que quiera y el Gobierno que quiera, sin que nadie diga que es la herencia que le dejó Chaves hace nueves meses; o que los cambios que pretendía hacer no los ha podido realizar porque no le han dejado. "Ahora no hay excusas, ya no tiene colchón", aseguran dos personas.

Las incógnitas del congreso son todavía muchas, tantas como las apuestas de lo que va a pasar, pero las personas que han hablado con este periódico expresan un deseo común, el de que Griñán acierte en la gestión del congreso y consiga el 100% de los votos. Y una preocupación: el que surjan los griñanistas frente a los chavistas, un debate de ganadores y perdedores. "Un partido desunido sería matador", piensan muchos. En los 19 años de Chaves como presidente andaluz y en sus 16 como secretario general, el chavismo no llegó a nacer porque él mismo lo impidió con su proverbial (y exasperante para algunos) manejo de los equilibrios internos. Unos equilibrios que, sostienen varias fuentes, ha impedido un relevo generacional en la federación andaluza en sintonía con la vivida en la dirección federal con José Luis Rodríguez Zapatero. A los que protestaban por esta situación se les callaba la boca con los confortables resultados electorales y las encuestas, siempre con el viento a favor. Pero ya no, al menos, en cuanto a los sondeos.

Y eso es lo que pretende hacer ahora Griñán en el congreso extraordinario, según fuentes próximas al presidente andaluz. Griñán, de 63 años, quiere que el cambio se "visualice" en la ejecutiva regional, por lo que pretende un "relevo generacional de gente entre 35 y 45 años, sin prescindir de gente valiosa". En este sentido, enmarca la llegada a la secretaría federal de Política Autonómica del líder del PSOE de Jaén y secretario de Estado de Política Territorial, Gaspar Zarrías, en sustitución de la consejera de Educación, Mar Moreno. "Es un puesto nacido para Gaspar", ponen en su boca.

Griñán está dispuesto a negociar con los secretarios provinciales la ejecutiva -que se votará en papeleta secreta e individual al día siguiente de que sea elegido líder del PSOE andaluz-, pero les va a pedir nombres con tres perfiles: "gente trabajadora", a la última en nuevas tecnologías y que "sepa integrar a las minorías". Según estas fuentes, Griñán está muy satisfecho con lo que ha hecho Miguel Ángel Heredia en Málaga, donde la dirección provincial mantiene una correcta convivencia con la corriente crítica impulsada por el consejero de Turismo, Luciano Alonso, una de las personas de mayor confianza en estos momentos del presidente andaluz. Estos medios aseguran que el futuro secretario general considera "cuatro o cinco puestos" de la ejecutiva "innegociables", entre ellos, los de las secretarías de Organización y de Educación.

Fuentes socialistas aseguran que el deseo de Griñán de "sumar y multiplicar y no de restar y dividir", como dijo recientemente, puede crearle problemas si, queriendo o sin querer, le daña un ojo a algún secretario general con el puntero de la lista de la ejecutiva y reabre heridas donde ahora no las hay.

Al igual que la confirmación de Zarrías como número cuatro de la ejecutiva federal ha desecho las cavilaciones sobre su regreso a la dirección andaluza, el congreso va a empezar con otra incógnita despejada desde ya.

El vicesecretario general del PSOE, el hombre que ha llevado la máquina del partido en los últimos 16 años, Luis Pizarro, no estará en la próxima dirección. Así se lo ha hecho saber a su entorno, porque cree que no tiene sentido continuar una vez que Chaves no seguirá de secretario general. Según estas fuentes, considera que ya ha cubierto una etapa muy larga y su futuro en el PSOE andaluz está vinculado al de Chaves. "Pizarro no va a ser el problema del congreso, porque no se va a presentar a nada", subrayan estos medios.

La nueva dirección política del PSOE conllevará cambios en el grupo parlamentario y probablemente en el Gobierno que él mismo formó hace menos de un año. Hace dos meses, Griñán dijo que sólo haría crisis si algún o algunos consejeros fueran de candidatos en las municipales.