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La Cámara alerta sobre la "miopía estratégica" de los manufactureros

Un 35% de los industriales atribuye la crisis a causas externas a su empresa

"Ni somos los mejores, ni tenemos el mejor producto, ni tenemos el mejor mercado", sentenció Antonio Almerich, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Valencia, como conclusión evidente de la segunda oleada del informe sobre La globalización y su incidencia en los sectores manufactureros tradicionales que ayer presentó el catedrático de Organización de la Empresa, José Pla Barber. El estudio, elaborado a partir de un análisis comparativo con empresas de seis países europeos y encuestas en profundidad a 130 empresas de las industrias del textil, mueble, iluminación, maquinaria y química desemboca en una conclusión preocupante: "Un tercio de los empresarios valencianos de los sectores manufactureros considera que la crisis no va con ellos, sufren miopía estratégica", sentenció el catedrático. "Son los que atribuyen sus problemas a una mala negociación de los acuerdos comerciales con China o a la apreciación del euro", ilustró Pla Barber.

"Ni somos los mejores, ni tenemos el mejor producto ni el mejor mercado"

El correlato para los responsables de la Cámara de Valencia es evidente: "Ante un entorno desfavorable hay que reaccionar". Ya no vale "el diseño, el marketing, la calidad del producto, la calidad del servicio", añadió Pla Barber. Sin esos factores, los fabricantes "están fuera del mercado". Ahora se exige capacidad para fomentar alianzas estratégicas en casa y fuera, compartir canales de distribución o aprovechar múltiples localizaciones en el proceso de producción.

"El empresario es el primer responsable de su negocio", apuntó Almerich, "nadie le va a sacar las castañas del fuego".

La primera oleada del estudio sobre la incidencia de la globalización en los sectores manufactureros se presentó en 2004 y levantó notable polémica. "Entonces estaba claro que la crisis era estructural", dijo Almerich, "la competencia china llegó para quedarse". Cinco años después, el informe constata una reducción del 25% de la actividad industrial de los denominados sectores tradicionales.

La comparación con los datos de 2006 de 230.000 empresas de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Polonia y Rumania revela otras debilidades de la industria valenciana.

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Las ventas por empleado en el sector textil alemán superaban los 300 euros en 2006 cuando en el sector textil español eran de 130 euros. En la Comunidad Valenciana apenas alcanzaban los 122 euros por empleado.

La dimensión de las empresas valencianas sigue siendo su mayor debilidad. Las empresas del mueble contratan una media de 16 trabajadores, frente a 116 en el Reino Unido o 54 en Alemania.

La inversión tecnológica por empleado del textil valenciano fue de 119 euros en 2006, frente a 374 en el Reino Unido. En el mueble fue de 98 euros por empleado en la Comunidad Valenciana frente a 207 en Italia.

Recetas para afrontar la competencia

- Valor añadido: se recomienda apostar por subsectores de mayor valor añadido como el textil técnico, el mueble de oficina o la química de salud.

- Canal de distribución: es clave un mayor control del canal de distribución a través de alianzas, el establecimiento de franquicias o los acuerdos con vendedores extranjeros.

- Fusiones: la fusión o cooperación con empresas complementarias permite aumentar el tamaño, reducir los costes, compartir conocimientos o negociar con más fuerza.

- Cambio de mentalidad: los empresarios todavía sitúan en último lugar la posibilidad de cooperar o fusionarse con empresas complementarias o afines.

- Rigidez: la estructura de la mitad de las empresas valencianas es demasiado rígida para afrontar la competencia exterior.

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