"Les explicamos que no tienen que ser héroes"
Los ejércitos modernos llevan psicólogos a las misiones para atender a las tropas si surge algún problema sobre el terreno. La atención psicológica es ahora tan importante como la formación táctica, según explican veteranos militares. Antes de ir de misión, los soldados reciben unas preparatorias que suelen durar unas dos semanas, para tratar de ensayar en casa todo lo que puede ocurrir fuera. Reciben nociones culturales y geográficas sobre el país al que han sido destinados, pero también clases sobre técnicas de relajación, por ejemplo. José Ignacio Robles, jefe del Departamento de Psicología de la Escuela Militar de Sanidad, explica las claves de esa atención psicológica.
"Los psicólogos preparan antes a los soldados para evitar que surjan problemas, porque la mejor medicina es la preventiva. La misión del psicólogo empieza aquí", indica José Ignacio Robles. "Les damos una información muy realista de lo que se van a encontrar. Les explicamos que no tienen que ser unos héroes, sino cumplir su cometido concreto, para ajustar sus expectativas a la realidad y que una vez allí no haya desengaños ni frustración. El entrenamiento psicológico es muy importante para evitar el estrés, que surge cuando las demandas son superiores a las capacidades que uno tiene para afrontarlas".
En la fase de concentración preparatoria al despliegue, los militares reciben instrucciones sobre cómo responder "ante las visiones del horror, la muerte, la destrucción, los abusos o a detectar el estrés postraumático, que suele llevar al consumo de alcohol o fármacos", explica Robles. También incluso, a qué hacer en caso de caer como rehenes.
Como el Departamento de Recursos Humanos de cualquier empresa, el Ejército evalúa psicológicamente a sus candidatos para averiguar cuál es el puesto más adecuado para cada uno. "La selección es muy específica. Si, por ejemplo, detectamos que alguien tiene comportamientos impulsivos aquí, evitaremos que surjan problemas allí. La selección de los conductores ha evitado muchos accidentes. La seguridad del resto depende muchas veces de ellos".
El psicólogo también prepara a los militares para explicar lo que hacen a sus familias y recientemente ha empezado a atender a algunas directamente. "Su misión es importantísima", explica Robles. Por eso ahora los militares desplegados en el exterior tienen salas de Internet y facilidades para comunicarse con sus familias a diario. "A la tropa le recomendamos que no les cuenten batallitas. Que si, por ejemplo, ha habido un tiroteo, no creen incertidumbre a sus familias".
También los mandos son evaluados psicológicamente. "Ahora se les prepara de otra manera. Se les habla de liderazgo, de relaciones interpersonales, de formas de comunicación, resolución de conflictos...".
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