Wall Street inicia la temporada con altos beneficios y pagas récord
Obama se carga de razón en su decisión de aplicar una nueva tasa
La temporada de resultados llega con altos beneficios y pagas récord en Wall Street, lo que contribuye a echar más leña al fuego del debate para gravar a la banca por los riesgos que llevaron a la crisis. JP Morgan Chase fue el primero en cerrar las cuentas. En el año de la Gran Recesión ganó 11.730 millones de dólares (8.158 millones de euros), el doble que en 2008. Y de los 108.650 millones que ingresó, una cuarta parte va a remunerar a sus empleados. Los del área de banca de inversión tocan a casi 380.000 dólares por cabeza.
Las 38 principales firmas financieras en EE UU pagarán este año 145.000 millones a sus empleados, según The Wall Street Journal, un 18% más que en 2008. Y el sentimiento en la calle es que estas pagas multimillonarias son subvencionadas con el dinero del contribuyente. Por ello, la Administración de Obama se dispone a recuperar hasta el último centavo empleado en el rescate financiero con un impuesto sobre el pasivo que los países europeos también analizarán. El anuncio de pagas y beneficios récord puede alimentar el apoyo hacia iniciativas como la de Obama u otras que se negocian en el Senado para gravar los bonos.
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Jamie Dimon, presidente ejecutivo del segundo banco de EE UU, ya dijo antes de publicar los resultados que está "cansado" de que se "demonice" a sus empleados en este debate, e indicó que su estructura de pagas es consistente con lo que establece la Reserva Federal (banco central de EE UU) y otros reguladores.
Pero con una tasa de paro del 10%, el escrutinio a la banca es intenso. Citigroup, como si se tratara de un gesto hacia Washington, también anticipó ayer que sus primas estarán a un nivel similar a las de 2008. Y como el resto de titanes de Wall Street, se están apresurando para reducir la parte que dan en efectivo a sus empleados para, a cambio, compensarles con acciones.
Basta con bucear en los resultados de JP Morgan Chase para entender que en la economía real las cosas no están nada bien, y eso sentó mal en el parqué neoyorquino. La entidad tuvo un beneficio por encima de las expectativas, gracias al negocio de banca de inversión, la que se dio por muerta tras el colapso de Bear Stearns, Lehman Brothers y Merrill Lynch. Pero el desempleo y el desplome del precio de la vivienda hicieron mella en la división de crédito al consumo de JP Morgan. Dimon admitió por eso que sus resultados "se quedan cortos". Y aunque empieza a ver "cierta estabilidad" en la morosidad, el coste vinculado al crédito al consumo y a pymes "permanece alto". Para hacer frente a futuras pérdidas, la entidad sumó 1.900 millones a sus reservas.
Ese fondo de emergencia acumula 32.500 millones, y se seguirá nutriendo. Sólo en el negocio de tarjetas de crédito, espera pérdidas de 1.000 millones en el primer semestre de 2010. Por eso desde Wall Street y los legisladores republicanos se oponen a que se ataque a la banca con tasas selectivas, en un momento en el que lo que se necesita es que agilicen el crédito.
Los resultados de JP Morgan dieron así un golpe de realismo. La incertidumbre continúa, sobre todo por el estado de los bancos regionales, por su proximidad a la economía real. La semana entrante publican resultados el resto de titanes: Citigroup, el martes, Bank of America, Morgan Stanley y Wells Fargo, el miércoles, y Goldman Sachs, el jueves. Todos sufrieron ayer en sus cotizaciones en Bolsa.
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