Caamaño ensalza el espíritu pionero de la Justicia vasca

La jornada de ayer estaba marcada en rojo en el calendario de la Justicia. El ministro del ramo, Francisco Caamaño, visitó Bilbao por primera vez desde que ostenta el cargo para reunirse con las autoridades políticas y judiciales de la comunidad autónoma, a quienes desveló las iniciativas en las que trabaja el Gobierno central y de quienes conoció los proyectos piloto que se han puesto en marcha en los juzgados y tribunales vascos. El invitado no dudó en destacar el papel emprendedor de la comunidad autónoma y avanzó que sus experiencias pioneras "se trasladarán al resto de España".

La agenda estaba cargada. Entre entrevistas y ruedas de prensa, Caamaño tuvo que sacar tiempo para reunirse con el lehendakari, Patxi López, con la nueva Sala de Gobierno del Tribunal Superior y con otros de sus cargos, a quienes explicó las novedades que implicará la modernización de la administración de Justicia, con la nueva oficina judicial al frente. Era el principal objetivo de su visita a Bilbao. Un proyecto "ya en marcha" que, al margen de las cuestiones de personal, "conllevará una redefinición de funciones, de espacios y de equipamientos que permitirá racionalizar los recursos disponibles".

El titular de Justicia compartió parte de la jornada con Patxi López e Idoia Mendia

La nueva oficina se prueba desde finales del pasado año en los juzgados de Irún y Getxo. Ambos conforman la punta de lanza de un calendario de implantación que culminará en Euskadi en 2013 con la llegada a Bilbao, según confirmó ayer la consejera vasca de Justicia, Idoia Mendia. El resto de España lo hará más tarde. Lo reconoció el propio ministro, quien no dudó en ensalzar el papel emprendedor de la administración vasca. "Ha hecho gran parte de sus deberes, informatizando sus sistemas y poniendo en marcha pruebas pioneras", destacó. Una situación privilegiada a la que han contribuido la decidida apuesta económica del Ejecutivo autónomo en los últimos tiempos y la propia condición física de Euskadi, una comunidad autónoma "pequeña" y repartida en pocos partidos judiciales.

No fue la única cuestión que abordó Caamaño en Bilbao. El ministro quiso desentrañar también las mejoras que implicará el desarrollo de dos de los buques insignia de su gestión. Por un lado, se refirió al nuevo sistema de Registro Civil que permitirá unificar en una sola ficha digital los dispersos certificados a los que hoy se recurre, tales como las inscripciones de nacimientos, matrimonios, fallecimientos y tutelas. Por otro, anunció que se está trabajando en una nueva Ley de Mediación y Arbitraje que se remitirá al Parlamento "en febrero" y que permitirá consolidar la figura de los jueces de paz como eje estratégico para reducir el creciente volumen de asuntos que han entrado en juzgados y tribunales durante los últimos años.

Más allá del guión que tenía marcado, Caamaño no eludió su pronunciamiento sobre otras cuestiones de actualidad. Aunque con algunas excepciones. La más destacada fue quizá la del bloqueo en la designación del nuevo presidente para el Superior vasco. El ministro no quiso manifestarse sobre una decisión que corresponde al Consejo General del Poder Judicial. Con la misma base de "respeto a lo que diga la ley" se expresó sobre la admisión a trámite, en el Tribunal Supremo, de la querella de Falange contra el juez Baltasar Garzón por supuesta prevaricación en la causa que abrió por la desparición de miles de personas tras la Guerra Civil.

Caamaño se reunió también con Patxi López justo el día que el alto tribunal revisaba el archivo del caso Ibarretxe por parte del Superior vasco. Por la mañana, el ministro trasladó al lehendakari su convicción personal de que "quien actúa con buena fe difícilmente puede ser imputable" y su confianza en que la cuestión se resolviera "con absoluta naturalidad". Por la tarde, una vez conocido ya el fallo, definió la decisión como "satisfactoria", desde el punto de vista político, para la opinión de la mayoría de ciudadanos.

El titular español de Justicia se refirió también a las últimas novedades en torno a ETA y consideró que confesiones como la del intento de atentar contra Aznar con un misil desvelan que "el terrorismo siempre está en disposición de sembrar terror". "Es su vocación, su voluntad, y el Estado de Derecho debe estar atento para evitarlo", advirtió. En este sentido, destacó el acuerdo que mantiene su cartera con la de Interior en materia de seguridad y alabó la labor desarrollada por los funcionarios de Justicia, "desde los jueces hasta quienes realizan otro tipo de tareas en los tribunales españoles y de Euskadi", porque "dan ejemplo, día a día, de la profesionalidad y del buen hacer".

Caamaño no quiso abandonar la capital vizcaína sin hacer referencia a la polémica suscitada por la condena de inhabilitación y cárcel al director de la SER y al máximo responsable de informativos de la cadena. El ministro dejó claro que, "con carácter general", la libertad de expresión "no debe ser sancionada con penas privativas de libertad". Sin embargo, añadió que en una sociedad democrática "todos los derechos tienen límites y elementos de ponderación", y añadió que "hay contextos razonables y otros menos razonables a la hora de interpretar y aplicar las leyes". En cualquier caso, recalcó que no se pueden realizar "teorías generales" sobre hechos similares, sino que se debe atender a los "casos particulares".

Además del lehendakari, con Caamaño se reunieron a lo largo de la prolongada jornada la consejera de Justicia, Idoia Mendia, el presidente en funciones del Tribunal Superior vasco, Fernando Ruiz Piñeiro, la fiscal superior de la comunidad autónoma, María Ángeles Montes, y los portavoces de la Asociación Profesional de la Magistratura y Jueces para la Democracia.