Pedro vuelve a ser Pedrito
El azulgrana, hijo de una humilde familia, revive sus orígenes en Tenerife
Pedro Rodríguez Ledesma vuelve hoy a casa, a Tenerife, la tierra donde nació y creció, donde fue, es y siempre será Pedrito. Juega el Barcelona en el Heliodoro Rodríguez (21.00, Canal+) un partido cargado de melancolía, porque la afición rejuvenece cada vez que vuelve a la isla donde el dream team ganó dos Ligas en 1992 y 1993 gracias a dos victorias del Tenerife ante el Madrid en la última jornada. Viaja sin Ibrahimovic, sancionado, pero con Pedro, un regreso que en Tenerife es todo un acontecimiento.
El guiño a la historia hace que sea precisamente Tenerife el primer estadio que visite el mejor equipo de 2009 tras empatar con el Villarreal y perder contra el Sevilla en la Copa. Pedrito nació en Abades, un pueblo del sur de la isla. En la zona de Puebla de Granadilla se edificaron casitas blancas y bajas como la que vio nacer a Pedro en 1987, la que construyó su padre Juan, con ayuda de sus amigos, esa donde crió a tres hijos. El pequeño, Pedrito, le ha hecho famoso. No le importa. Sigue trabajando en una gasolinera, así que las cámaras le buscan en horario laboral.
"Siempre entendí que mi obligación era llevar el dinero a casa y así viviré mientras pueda", sostiene hoy mientras atiende en la gasolinera de Los Olivos. Trabaja en el turno de día y saca horas para atender unas cabras y el huerto. A partir de las diez, del turno de noche se encarga Iván Rodríguez, tinerfeño de 44 años. Entrenador del primer equipo del Raqui San Isidro, Iván fue quien dio el visto bueno el día que Pedro, con 12 años, pasó la prueba de ingreso y, durante cuatro años, hasta que le fichó el Barça, lo llevó a los entrenamientos. "Quedábamos en la parada de la guagua cuando salía del colegio y le devolvía a casa", cuenta. "Hablábamos de todo. Era un chico muy educado. Se le daban bien los estudios, especialmente las mates y siempre tuvo claro que sería futbolista". Recuerda la sonrisa de aquel crío, la misma que ahora ve asomar por la tele. "Es el mismo Pedrito que conocí. Se nota que se lo sigue pasando bien".
Eugenio González, secretario del club, fue quien le tramitó la primera ficha a Pedro. Le recuerda siempre el más pequeño en la foto, especialmente cuando subió al primer equipo con 16 años. "Jugaba con adultos que podían ser su padre y era tan grande la diferencia física que nosotros le llamábamos la mascota", dice. El entrenador que le hizo debutar ante el Victoria de Tazocorte fue Toni Ayala. "En el campo ya era descarado, rápido, y tenía muy buen disparo para ser tan chiquito". "Nunca llegaba tarde. Era siempre el más puntual", tercia Francisco Mendoza, entonces delegado y ahora presidente del Raqui, con el que el Barça está en deuda: debe 300.000 euros por el acuerdo del traspaso que cerró Joan Colomer, entonces responsable del fútbol base, que le descubrió en un Torneo en Adeje, a donde acudió a ver a Jeffren.
La última vez que Pedro estuvo en el Heliodoro tenía 14 años y el Barça ganó por 0-6. Hoy bajará de la grada al césped y aunque nunca defendió los colores del conjunto chicharrero ha prometido que, si marca, no celebrará el gol, por respeto a sus paisanos.
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