"Fui delantero, sé cómo piensan"
El Negro Ezequiel Garay (Rosario, Argentina, 1986) es uno de los centrales más completos que ha dado el fútbol argentino en el último lustro. Como Perfumo o como Galván, pertenece a una escuela que ya es marginal, y que se caracteriza por la frente alta y el pase preciso. Nadie calculó que el éxito del proyecto más ambicioso de la historia reciente del Madrid dependería de un chico tan joven como él. Pero la lesión de Pepe le ha situado en un lugar trascendental. Mañana el Madrid recibe a un pletórico Mallorca.
Pregunta. ¿Cómo se hace un central de jerarquía?
Respuesta. Cada uno tiene su forma de estar en un campo de juego. Cada uno nace con su forma de jugar. Yo no empecé jugando de defensa. Empecé de delantero cuando era chico, con cuatro años. Después jugué de central a partir de los 13. Jugar de delantero me ayudó muchísimo.
P. ¿A qué exactamente?
R. A tener mayor visión de juego. A saber dónde y a quién vas a dar el balón antes de recibirlo. A jugar con menos espacios... Y a saber cómo actúa el delantero. Un defensa sabe lo que tiene que hacer cuando sabe lo que piensa el delantero.
P. Usted empezó en un club de barrio. ¿Cómo era aquello?
R. En el Sarmiento primero y en el Santa Teresita después. Cada categoría tenía su entrenador. Nos entrenábamos dos veces por semana y el fin de semana jugábamos. Pero aprendíamos en la calle. ¡Era todo potrero! La idea era jugar con los amigos más que ir a entrenarte. El entrenador te daba una pelota, y ¡que jueguen! Cuando eres chico vas a divertirte. Y en el potrero se aprende mucho. Se aprende a pegar, a insultar al rival, a ser pícaro... Conceptos tácticos no, porque ahí cada uno se coloca donde y como quiere.
P. ¿Cómo acabó de central?
R. Fue en una práctica. Estábamos haciendo un partidillo el viernes para jugar un sábado y yo estaba jugando de cinco. El central titular lo estaba haciendo mal. El técnico se calentó, lo sacó, y me dijo: "Ezequiel, andá ponete de central, a ver qué tal". Lo hice bien y me dijo: "Mañana jugás de central". Jugamos al otro día y ganamos. Y ya no me moví más.
P. ¿Le gustó el puesto?
R. Uno iba con la idea de ser delantero. Pero cuando fui a las pruebas de Newell's, vi que había miles de delanteros. Se probaban 300 pibes por día. Y entonces dije: "Voy a probarme de cinco". Y pasé todas las pruebas de cinco hasta que quedé entre los 25 del equipo. Y el día antes del partido me mandaron atrás.
P. Pellegrini les ha pedido que adelanten la defensa. ¿Cómo se siente con tanto espacio atrás?
R. Al ser un equipo que jugamos mucho al ataque, constantemente arriba, lo mejor para nosotros es estar todos juntos y no dejar espacios entre líneas. En el Racing, a Marcelino le gustaba tirar la línea hacia delante. Estuve un año así y me acostumbré.
P. ¿Cree que es suficientemente rápido para corregir atrás?
R. Yo sé que es muy complicado en este equipo jugar con la línea adelantada. También es cuestión de saber colocarse, de saber cuándo la tienes que tirar, cuándo no, y cuándo tienes que ir para adelante y cuándo para atrás. Es uno el que decide lo que tiene que hacer o dejar de hacer. Y en los partidos que he jugado he salido muy contento. A medida que pasen los partidos me iré encontrando mejor e intentaré llegar más.
P. A veces los centrales que parecen más rápidos no son los más rápidos de piernas sino de mente.
R. Eso es lo que hay que hacer. Leer antes la jugada. Al tener tanta estatura [1,88m] parece que no soy tan rápido. Pero tengo la virtud de leer antes la jugada, de saber adónde va a ir el pase, si tengo que ir para adelante o para atrás.
P. ¿Cómo se ejercita el olfato para la anticipación?
R. Influye haber sido delantero. Saber qué va a hacer el delantero cuando tiene el balón el contrario. Normalmente, cuando el equipo contrario tiene el balón el delantero te va a buscar la espalda. Nunca te va a recibir por delante porque el gol te lo quiere hacer atrás. Siempre esperan el pelotazo para recibir solos. Los centrales tenemos que obligar a los delanteros a recibir de espaldas.
P. Una parte importante de las posibilidades de éxito del Madrid pasan por su consolidación como referente defensivo. ¿Cómo lleva esa responsabilidad?
R. No sé si suplir a Pepe es imposible, pero es muy complicado. Tiene unas cualidades increíbles. Va bien por arriba, es muy rápido... Pero estoy capacitado para que no se note su ausencia.
P. Usted tiene una serenidad para iniciar la jugada que es muy difícil de ver en un defensa.
R. Soy muy, pero muy tranquilo cuando juego. Creo que eso me ayuda a no ponerme tan nervioso jugando en este equipo, en ese estadio con tanta gente. Me viene de familia, gracias a mi padre, que tiene la misma personalidad que yo. Mi padre juega al fútbol igual que yo. Antes de los partidos me transpiran las manos y me duele el estómago. En la cancha se me olvida todo.
P. ¿Cuál es su pasión fuera del fútbol? ¿Es muy dormilón?
R. La siesta es fundamental. Mis siestas son interminables. Hasta tres horas, fácil. Y me gusta mucho pescar. En el Paraná pescaba dorado, mojarrita, surubí, moncholitos...
P. ¿Cómo transmite seguridad al resto del equipo?
R. Siempre hay que desconfiar del compañero. Si en un balón aéreo confías en que tu compañero va a rechazar, te quedas parado, y luego gana el delantero... has perdido. Siempre tienes que desconfiar del compañero de al lado para sentirte más seguro y darle seguridad a él también.
P. En el Madrid remata a puerta menos que en el Racing.
R. En el Racing tiraba los penaltis y las faltas. Y aquí está muy complicado. Pero creo que a medida que pasen los partidos, y por mi personalidad, me voy a animar a pedirle alguna faltita a Cristiano. En el Calderón ya se la pedí a Kaká y me la dejó. Ahora me falta Cristiano y estoy completo. Va a ser complicado, pero por intentarlo que no falte. Si es a la izquierda me viene mejor. Cristiano le pega de cualquier lado. Las faltas lejanas, obviamente que no tengo su pegada. Pero a tirar las faltas cercanas sí me animaré. Cristiano le pega muy raro y muy difícil. Lo hemos intentado en los entrenamientos y no podemos. No sé con qué le pega.
P. Usted hace muy pocas faltas. ¿Que un defensa pegue poco es bueno o malo?
R. ¡Pero tengo tres amarillas! No pego patadas nunca pero cuando pego me agarran. Por lo menos el otro día a Aranda [Osasuna] casi le rompo el tobillo y no me sacaron ni amarilla... No creo que haya que dar patadas porque sí. Cuando el delantero está de espaldas no es necesario. Y más si está cerca de tu área.
P. Hace tres años dijo que no se sentía capacitado para ir a la selección absoluta argentina. ¿A qué se debía tanta prudencia?
R. Tenía 18 años y recién empezaba en el Racing. No me sentía preparado para dar un salto tan importante. A la selección hay que ir para triunfar, no para aprender.
P. Maradona no encuentra la defensa para el Mundial de Suráfrica. ¿Se siente preparado?
R. Tengo la ilusión del Mundial. He empezado con buen pie el año y espero terminarlo mejor.
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