Fernando Tielve: El actor fantasma
En alguna parte del internado Laguna Negra aún se escucha el lamento del espectro de Cayetano, el personaje de Fernando Tielve oficialmente muerto en la serie de Antena 3. En realidad, si este actor madrileño de 23 años fuera un ectoplasma, le costaría mucho más atravesar las puertas del cine español que aparecerse en el extranjero.
El año pasado emprendió un incansable recorrido por el mundo gracias a Unmade beds, la cinta que el argentino Alexis Dos Santos estrenó con buena acogida en Sundance. Una película que transcurre en un Londres moderno y colorista donde Tielve interpreta a un extranjero en busca de su identidad. Aunque la cinta haya encontrado distribución en todo el mundo, España se le resiste. "No sé muy bien por qué. La pasaron en La Casa Encendida varios días con lleno de público, y mucha gente que no me conocía me puso mensajes en Facebook contándome lo mucho que les había impactado".
'Los productores saben que lo que funciona es el chulazo. Pero yo no me estreso por eso'
Dice que esta película es "un punto de inflexión tanto en mi carrera como a nivel personal. Si pusiese dos alfileres en el corcho de mi vida, el otro sería El espinazo del diablo". En aquel primer papel en cine (antes hizo de amigo del hijo de Ana Obregón en A las once en casa) tenía 13 años, y ya empezó a ver fantasmas. Guillermo del Toro le ascendió de figurante a protagonista. De aquella película guarda una anécdota, que explotó en su cara años después. Un periodista chileno residente en Los Ángeles, Víctor M. Gutiérrez, aseguró que Michael Jackson se había enamorado de Tielve tras ver el filme. Lo voceó en los platós de Crónicas marcianas o Dónde estás corazón como parte de la promoción de Michael Jackson was my secret lover, un libro destinado a desprestigiar al rey del pop. "Aunque yo he visto a este señor en la tele, y la verdad es que no me infunde ninguna confianza", se ríe. "Me quedo con que a mi madre le dio un corte de digestión cuando se enteró y con la idea de que lo que probablemente sea verdad es el simple hecho de que Michael Jackson viera la peli y dijera en alguna parte que le había gustado".
Después vino El embrujo de Shanghai, con Fernando Trueba. "Él y Guillermo, mis padres cinematográficos, me desaconsejaron que hiciera tele. Ahora creo que tienen una opinión diferente, porque las cosas evolucionan y cambian". Cultivó su magnetismo en pequeñas apariciones: junto a Antonio Banderas en Imagining Argentina o como hermano de Natalie Portman en Los fantasmas de Goya.
Su mirada, discreta, pero absorbente, se convirtió en uno de sus principales activos. Incluso cuando se las midió con los ídolos de carpeta que protagonizan El internado. Mientras el último cine español se alimenta de físicos imponentes, él se siente a gusto moviéndose por otro lado. "Los productores se han dado cuenta de que lo que funciona es el chulazo y no quieren arriesgarse a perder dinero. Aunque vean que pueden ser peores actores, prefieren apostar sobre seguro. Pero yo no me estreso por eso. Como las modas, esto es una rueda: dentro de unos años volverá a ser el chico de andar por casa, el friki o el elegante. Lo que no me gusta es que se utiliza esa excusa para hacer películas superfluas, y no estoy de acuerdo, porque toda la gente joven siente cosas profundas".
Este año tiene tres películas pendientes de estreno: Rabia, producida por Del Toro, en la que hace de nieto de Concha Velasco; la comedia sobre el sexo en la tercera edad La vida empieza hoy, y 14 days with Victor, donde comparte protagonismo con Margo Stilley (9 songs) y pasa "media película desnudo y la otra colgado de un poste. Un rodaje muy intenso, pero que curte".
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