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Reportaje:Laboratorio de ideas | BREAKINGVIEWS - REUTERS

El oso se prepara para hibernar

Rusia sale de la crisis, pero su recuperación no será nada sana

Tras una devastadora crisis económica -y unas cuantas palabras severas del presidente-, Rusia parecía cambiar de estilo. Pero una inesperada subida de los precios de sus principales exportaciones ha aliviado la presión. A medida que la recuperación gana fuerza, los recuerdos de los tiempos duros desaparecen rápidamente. Y parece que las reformas también.

Es la misma historia que en 2000, cuando el nuevo presidente era Vladímir Putin. En aquel entonces Rusia se recuperó espectacularmente de la crisis financiera de 1998. Y parece que en 2010 va a ocurrir lo mismo.

Rusia está en condiciones de iniciar una recuperación, pero no una recuperación sana. El país sigue dependiendo demasiado de las exportaciones de materias primas. Se calcula que, con la bajada de precios, el PIB ruso caerá en 2009 un 7,5%. Pero gracias a la subida de dichos precios, el gasto público y el capital extranjero entrante, es posible que en 2010 el país alcance un crecimiento del 5%.

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Rusia tiene unas cuantas ventajas. Su sistema financiero está menos endeudado que el de muchos países más desarrollados. Las fuertes economías emergentes de Asia son grandes mercados. Y la crisis más reciente ha propiciado algunas reformas económicas, como la reanudación del moribundo programa de privatización y un nuevo intento de entrar en la OMC, aunque lo más probable es que las negociaciones se prolonguen indefinidamente. Un nuevo tratado sobre armamento nuclear con EE UU será bien recibido en todo el mundo.

Pero la campaña de reformas es en gran medida superficial. De hecho, tiene menos impulso que hace una década. Putin, ahora primer ministro, se ha convertido más en un obstáculo que en un agente del cambio. El destino del oligarca caído Mijaíl Jodorkovski es un ejemplo aciago. Su segundo procesamiento, que debería concluir en la primavera de 2010, probablemente alargará muchos años su sentencia de cárcel, y empeorará aún más la reputación del sistema judicial del país.

El presidente Dmitri Medvédev, protegido de Putin, parece que desea hacer más, pero por el momento carece del poder necesario. Si adquiere más autoridad, el resultado podría ser un enfrentamiento paralizador con Putin en lugar de grandes cambios.

Los inversores tal vez estén dispuestos a pasar por alto los problemas estructurales de la economía rusa, pero no deberían olvidar que el país padece una crisis casi cada cinco años. Cuidado con 2013.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev (izquierda), despacha con el primer ministro, Vladímir Putin.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev (izquierda), despacha con el primer ministro, Vladímir Putin.REUTERS

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