La Bolsa busca un cierre festivo

La Bolsa española ha recuperado en esta corta semana la orientación alcista a pesar de que algunos indicadores económicos estadounidenses se han cruzado en el camino de los más optimistas.

El Ibex 35 cerró el pasado miércoles en 11.967,50 puntos, con una ganancia acumulada del 2,77% que le permite elevar las plusvalías anuales otra vez por encima del 30%. El contraste con los valores medianos del mercado, que acumulan una subida anual del 13,27%, y los pequeños, que ganan el 17,69%, es evidente y muestra los criterios con que han actuado los inversores en los últimos meses.

En estas tres sesiones los inversores se han encontrado lo que un observador consideraba como un avance de lo que van a ser los próximos meses. Los indicadores económicos de Estados Unidos aportaron el impulso inicial para los avances, pero después frenaron el entusiasmo de los pocos inversores que aún se mueven en los mercados.

El índice de actividad nacional de noviembre creció hasta rozar el terreno positivo, con -0,32 puntos desde -1,02 de octubre, aunque lo que más valoraron los inversores fue la revisión al alza, ya con datos reales, de las estimaciones de octubre.

El tirón parecía garantizado para las pocas sesiones que quedaban del año, pero la revisión a la baja del PIB del tercer trimestre, 2,2% en lugar del 2,8% previo, supuso un toque de atención y aportó algo de volatilidad a los mercados. El descenso en la venta de viviendas nuevas y de los gastos personales, ambos de noviembre, impusieron un tono más apagado y enfriaron los ánimos de los más optimistas. El leve descenso del dato de los gastos personales adquiere más importancia porque subieron, también levemente, los ingresos, lo que indica que los consumidores estadounidenses siguen siendo muy prudentes ante la situación del empleo, todavía uno de los indicadores que corrigen a la baja las cestas de índices de tendencia.

Los altibajos que provocaron estos datos en los mercados europeos son como un avance de la volatilidad que se espera para el tramo inicial del próximo año. Los datos económicos seguirán aportando una de cal y otra de arena y en los mercados hay que ofrecer respuestas inmediatas, lo que casi garantiza fuertes altibajos en las cotizaciones. Otro ingrediente que puede aportar inestabilidad inmediata es el adelanto de los dividendos que muchas sociedades están llevando a cabo en estos días y que pueden animar a los inversores a "soltar lastre" una vez cobrada la derrama.

En esta línea están algunos gestores, que ven en la necesidad de liquidez del sector financiero una amenaza para la Bolsa, pues las entidades recurrirán a la venta de activos para hacer frente a algunos problemas puntuales, aunque es difícil determinar el momento que cada entidad puede elegir para hacer caja si la necesidad aprieta más de lo previsto. -