La fuerza centrífuga de París
El extrarradio de la capital no es lo más visitado por los turistas, pero guarda tesoros de la arquitectura moderna
La Périphérique es la avenida que más me gusta de París", dice Dominique Perrault. "Un paseo en coche por la Périphérique es una visita a la mejor arquitectura parisina del siglo XX". Perrault lo sabe: su primer encargo de importancia en la capital (el Hôtel Industriel Berlier) ocupó un nudo entre un acceso rápido de tráfico rodado y la playa de vías férreas que entraban en la ciudad hacia la Gâre d'Austerlitz.
El colapso del centro de París y la consiguiente escasez de solares han dificultado históricamente la incorporación de piezas de arquitectura contemporánea a una almendra central ya consolidada, salvo raras -y significativas- excepciones como el Centro Georges Pompidou en Marais, de Rogers y Piano, o el reciente concesionario de Citroën en los Campos Elíseos, de Manuelle Gautrand. La periferia parisina y sus vacíos urbanos siempre disponibles se han hecho con una muy apreciable colección de edificios modernos que alejan del cinturón periurbano la idea de marginalidad y de ciudad impersonal asociada al suburbio industrializado. Es, sin duda, una propuesta singular: dejar de lado el centro, para acercarse donde los turistas habitualmente no se adentran.
01 El sur
Podemos acotar dos recorridos: un arco en el sur de la ciudad, que la recorre de este a oeste, y algunos puntos de interés en el norte. Comencemos por el sur. Sería una buena idea iniciar la visita en la Biblioteca Nacional de, precisamente, Dominique Perrault (accesible en metro, línea 14). Sus cuatro torres, que funcionan como depósito, delimitan una gran explanada en la que un espectacular patio excavado alberga un bosque que se disfruta desde las salas de lectura. Al sur, siguiendo las vías junto a las que se ubica la Biblioteca, aparece el primer Perrault: el Hôtel Industriel, un paralepípedo de vidrio que enfrenta la complejidad del entorno con un mutismo inquietante y donde el arquitecto, siguiendo sus propios postulados, ubicó su estudio hasta hace pocos años. En dirección sur (mediante el RER, línea C), en la localidad de Ivry-sur-Seine, surge el inquietante paisaje urbano del conjunto de viviendas experimentales -una montaña de módulos de planta triangular- que Jean Renaudie, miembro del Atelier Montrouge, realizó en esta localidad en los años sesenta.
02 El oeste
Debemos retomar la circunvalación, en dirección oeste, para encontrar nuestro siguiente destino: la Cité Universitaire, un conjunto de valor extraordinario. Allí conviven obras del mejor Le Corbusier: el Pabellón Suizo, del año 1932 (en coautoría con Pierre Jeanneret), y la Casa de Brasil, del año 1959 (con Lucio Costa), que recibe al visitante junto a la entrada de la avenida de Pierre de Coubertin.
Dentro del conjunto, una suerte de parque temático de estilos entre revivalistas -los pabellones nórdicos, asemejando viviendas tradicionales- o herederos directos del Movimiento Moderno -el pabellón de Camboya- sobresale la antigua Maison de L'Iran, de Claude Parent y André Bloc. Una superestructura colgada de grandes pórticos de acero que se asoma, precisamente, a la Phériphérique, nuestro hilo conductor. Debemos aquí tomar el tranvía por el Boulevard Jourdain para bajarnos en la parada Didot, donde puede verse (sólo desde fuera, eso sí) la única obra parisina de los Pritzker helvéticos Herzog & deMeuron: el conjunto de viviendas en la Rue des Suisses. Para llegar, simplemente hay que seguir en dirección norte la Rue Didot hasta su encuentro con la Rue Jongquoy; llegados a ese punto, girar a la izquierda, y continuar recto hasta la Rue des Suisses. Si hay suerte y un vecino permite el acceso hasta el patio central, podremos observar la fiesta de tipologías que la laureada pareja experimentó aquí: desde las viviendas que dan a la calle, protegidas por un oscuro y tupido cerramiento metálico, hasta pequeñas unifamiliares o incluso una corrala que, como un antiguo secreter, se protege mediante unas persianas curvas de madera.
03 El noroeste
En el arco norte las opciones son bien distintas: la proximidad geográfica del Bois de Boulogne delimita un modelo de actuación más convencional. Precisamente, en Boulogne-Billancourt se encuentra la primera parada de este itinerario: las viviendas Point du Jour, de Fernand Pouillon. Este conjunto burgués, que ocupa 60.000 metros cuadrados y cuenta con unos extraordinarios espacios comunes, fue víctima de un escándalo inmobiliario de grandes dimensiones a principios de los sesenta; pero sus líneas claras y sus grandes bloques bien orientados dejan ver que también en la periferia otro tipo de vivienda fue posible. El mismo arquitecto tiene en la localidad de Meudon, ya fuera de París, otra actuación de similar calibre, en la que los enormes soportes realizados con sillares de piedra -¡a mediados del siglo XX!- caracterizan un conjunto residencial muy alejado de la idea de marginalidad. Además, en el propio Meudon se pueden observar las 14 viviendas experimentales que Jean Prouvé realizó en los cincuenta y que aún resisten con admirable dignidad el paso del tiempo, pese a su construcción prefabricada. Por último, la visita a la casa de André Bloc, en esta misma localidad, puede ser un buen complemento a esta excursión suburbana.
Y concluiríamos nuestra ruta hacia el este. Junto al estadio del parque de los Príncipes, en la Rue Nengesser et Coli, aparece otra obra de Le Corbusier: el inmueble Molitor, de 1933, uno de cuyos apartamentos ocupó con su propio estudio. Su visita puede ser un sustituto al tour canónico por las obras más destacadas del maestro suizo en la capital francesa, toda vez que la Fundación Le Corbusier se encuentra actualmente en obras. Pero quedarían otros muchos lugares y visitas por hacer, obviamente, porque el cinturón de París -como París mismo- es infinito: desde la Defènse, con sus nuevos rascacielos en proyecto, hasta Clichy, con la Maison du Peuple de Prouvé, París -que diría Vila-Matas- no se acaba nunca. Una alternativa centrífuga frente al turismo centrípeto.
» Inmaculada E. Maluenda y Enrique Encabo Seguí son arquitectos.
Guía
Cómo ir
» Easyjet
(www.easyjet) tiene vuelos a París desde Barcelona, Ibiza y Madrid. Ida y vuelta des
de Madrid, a partir de 47,48 euros.
» Ryanair (www.ryanair.es) vuela a París desde Girona, Reus, Madrid, Alicante y Málaga. Ida y vuelta desde Madrid, desde 30 euros.
» Airfrance (www.airfrance.es) tiene ofertas para volar a París desde Madrid, Barcelona y Málaga, a partir de 99 euros.
» Iberia (www.iberia.com). Ida y vuelta desde Barcelona, a partir de 96 euros; desde Madrid, a partir de 107 euros.
» Air Europa (www.aireuropa.com). Ida y vuelta desde Madrid, a partir de 134,31 euros.
Información
» Oficina de turismo de París
(http://es.parisinfo.com; 0033 892 68 30 00).
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