Zapeando el temporal

Aparte del golpe al Papa (en realidad, la misa es lo único directo que hay en Nochebuena, después de los telediarios), me sorprendió en la tele que el Rey se autocitara en su discurso. "Como dije el año pasado...". El Papa cita a Dios, y aún así lo golpean. Desde la vitrina de la tele el Rey corre menos riesgos que el Papa con su ropaje. Gracias a la corbata verde, Don Juan Carlos suscitó cierto clima de esperanza. Ve la cosa difícil, dijo, pero intuye como arreglarlo. De hecho, "como dije el año pasado...".

Don Juan Carlos había pedido que hicieran algunos arreglos para que su presencia navideña fuera más próxima. Luis Lianes (el corresponsal de TVE en Palacio) explicó los cambios. Ahora ya no hay moqueta, sino jardín. Eso permitió que fuera más evidente para todos (también para los vascos) que el discurso estaba grabado. En La Zarzuela era de día, y en toda España, mientras hablaba el Rey, era de noche cerrada, y en algunas partes noche de temporal.

El Rey y los demás protagonistas de la noche trataron de la crisis como parte del temporal que estamos atravesando, y todos lo hicieron en diferido, menos el Papa. Motos (Cuatro) incluyó en su edición navideña de El Hormiguero algunas alusiones al discurso real, pero juntó imágenes para explicar, precisamente, que si se autocita el Monarca es porque cada año le ponen un papel parecido. Toño El Diablo sobre Ruedas protagonizó uno de los momentazos de la noche con Motos, cuando dijo que se iba a gastar parte del dinero del Gordo en la Iglesia, "a destruirla, más concretamente". La escenificación final de Mary Poppins fue una expresión de esa energía con la que El Hormiguero cambia de registro sin despeinarse.

Wyoming y Buenafuente (La Sexta) hicieron también coña con el directo falso. Andreu tuvo la complicidad del público y de sus invitados, que dejaron bien claro que, cuando grabaron, no tenían aún cuerpo de pavo. "Qué maja la gente que ha querido estar con nosotros en Navidad..." Hubo un momento especialmente navideño en el silbido de Curro Savoy, interpretando Noche de paz. Le dijo a Andreu: "¿Podrías silbar conmigo?" "Ya conoces mis labios... en lo que se refiere al silbido". Y silbaron. Fue un momento hermoso de una noche cualquiera emitida la Noche de Navidad. Wyoming había recibido al sindicalista Cándido Méndez como si éste fuera el defensor de unos niños empleados, para horror de Nieves Herreros, invitada también. Y le dijo Wyoming a Méndez: "Lo más importante de la vida es la felicidad de los niños... después de la audiencia, claro".

Me gustó la pareja Paz Padilla-Joaquín Prat, aunque creo que Telecinco les podría sacar más partido al humor de una y de otro. Cuando Paz hace de Paz es fantástica, pero cuando presenta cantantes sólo presenta cantantes. Cada vez que zapeaba me los encontraba anunciando... a David Bisbal. Empezaron con la Oreja de Van Gogh. Llevaban un guión, pero ambos tienen tablas para improvisar lo que quieran. Prat (que evoca la gran presencia de su padre homónimo) le dijo a Paz: "Eres la mejor compañía que hubiera soñado". Y no sé si estaba en el guión, pero es cierto. A Paz le trajeron regalos, para empezar el programa. "¿Y esto?", le preguntó el marido de ficción, enseñando un frasco mínimo. "Me costó 90 euros". "¿Y esta mierda de colonia vale 90 euros?". "¡No es colonia, que es perfume! Y mira, te he traído algo para ti, ¡el tique!"

¿Y qué habían hecho Josema y Flo en La Uno? Se rieron de la vida con ese humor que se construye sobre las ruinas nacionales. Después de escuchar al Rey hablando de la corrupción y de la crisis, parecía que los dos humoristas que el año pasado ya estrenaron dúo estaban ilustrando con sus juegos lo que Su Majestad explicó con su ceño fruncido, rodeado de símbolos navideños y amparado por la foto de Don Felipe jurando bandera. Josema y Flo hablaron de Obama, de la corrupción, de la (mala) fama, e hicieron caricatura de casi todo.

Pero la caricatura más cruel de la Navidad la hicieron los Simpson en Antena 3. No sé si fue Homer o un antepasado el que dijo: "Cuando llegó Nochebuena, nuestras esperanzas de ser rescatados se habían esfumado". Y otro: "Es Navidad y quiero dispararle". Alguien explica: "La época más bonita del año es la Navidad". Y otro le dispara bolas de nieve en los genitales. En el ámbito del humor, fue una noche de golpes, verdaderos o metafóricos. El que recibió el Papa pone de manifiesto que en este mundo ni Dios está seguro.