Modelos contrapuestos
Bajo el choque político entre la Diputación de Vizcaya y el Gobierno subyace una diferencia de criterio respecto al equipamiento más acorde con la condición especial de Urdaibai. El Ejecutivo autonómico considera que el proyecto foral responde al modelo duro de Bilbao, un típico museo "urbanita" centrado en una ubicación singular y visitable en un corto período de tiempo, que "tendría importantes repercusiones en la comarca". En contraposición, propone una alternativa blanda, "más acorde con el escenario", descentralizada, que permita recuperar parte de la arquitectura autóctona y contemple difusiones artísticas "efímeras". Una filosofía que no encaja con la marca Guggenheim.
La Diputación, en cambio, defiende la viabilidad económica del sello neoyorkino y sostiene que "es difícil criticar el impacto de un proyecto que aún no existe". En este sentido, José Luis Bilbao recordó ayer que ya hay reservados un millón de euros para avanzar en los trabajos previos que permitirán convocar, "a partir de junio", el concurso internacional de ideas.
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