Una apuesta de riesgo

Cuando muchos ni se acordaban ya de Marko Jaric, el base serbio que se ha pasado siete temporadas en la NBA, pero que fue descartado a principios de la actual por los Grizzlies de Memphis, Ettore Messina le ha rescatado para el Madrid. Su fichaje es una apuesta del técnico italiano, que ya le dirigió en su país cuando se encontraba en su esplendor y ganó dos títulos consecutivos con sendos clubes de Bolonia, el Fortitudo en 2000 y el Kinder en 2001, antes de asumir un papel determinante en el título mundial logrado por los balcánicos en 2002.

Aquel mismo año recaló Jaric en los Clippers de Los Ángeles, que le habían elegido en el 30º puesto del draft dos antes. Pero su paso por la NBA no ha sido un camino de rosas. Atribulado por las lesiones y discontinuo en su juego, el baloncestista, de 2,01 metros y nacido en Belgrado hace 31 años, estuvo tres temporadas en el club angelino. Tras realizar la mejor con una media de 9,9 puntos y 6,1 asistencias, fue enviado al Minnesota a cambio de Sam Cassell. Otras tres estuvo en los Wolves antes de fichar por los Grizzlies en 2008 y firmar la peor con 2,6 puntos, 1,4 asistencias y 11 minutos de juego.

Entre medias, Jaric formó parte de la selección serbia que naufragó en el Europeo de 2005 rota por las disensiones y en la que mantuvo un enfrentamiento con Rakocevic. Los foros más sarcásticos no tardaron en destacar sus tres momentos estelares en la NBA: el día que salió con la camiseta de los Wolves con el número 55 al revés, el que quedó casi inconsciente tras un codazo de Kobe Bryant y, sobre todo, el de su boda con la supermodelo brasileña Adriana Lima.

A pesar de que llega al Madrid para suplir la baja por lesión de Llull, es posible que Jaric también actúe de escolta. Así lo dio a entender Messina: "Es fuerte, juega en varias posiciones y tiene talento. Espero que mantenga la ilusión".