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La economía española en 2010

La economía estadounidense y las principales economías de la zona euro están saliendo de la recesión con crecimientos trimestrales positivos en los últimos dos trimestres, pero siguen destruyendo empleo y no se espera en el periodo 2009-2010 una mejora significativa del mercado laboral en ninguna de estas regiones.

La recuperación de la economía española está siendo más lenta y los datos sobre PIB publicados por el INE el pasado 18 de noviembre han confirmado un nuevo descenso intertrimestral del 0,4%, ligeramente más acentuado que el avanzado en las últimas predicciones del Boletín de Inflación y Análisis Macroeconómico (BIAM) de la Universidad Carlos III. Es muy probable que el retraso de la economía española se mantenga durante todo 2010. En una estimación mensual del PIB realizada en el BIAM (véase gráfico adjunto) no se predicen tasas de crecimiento anual positivas hasta el mes de octubre de 2010.

Una tenue recuperación no será por sí sola garantía de un crecimiento sostenido posterior

Los riesgos principales en las perspectivas internacionales de crecimiento económico para 2010 son financieros, y si se acabaran plasmando, las perspectivas de moderada recuperación para dicho año se debilitarían notablemente. En la economía española estos riesgos están acompañados por una situación interna especialmente difícil. El nivel de paro es muy elevado, así como el crecimiento del déficit público y su proyección en el futuro inmediato. El déficit es problemático si no se puede financiar o ha de hacerse con tipos de interés elevados. Si esto ocurre, la recuperación económica en España se verá muy comprometida.

Las cotizaciones recientes de la deuda pública griega nos enseñan que la protección del euro es efectiva sólo hasta cierto punto. Asimismo, asegurar la deuda española a cinco años es ya más caro que asegurar la deuda italiana y la de cualquier otro país de la zona euro con la excepción de Irlanda y Grecia. Los mercados podrían estar considerando un nivel de incertidumbre importante sobre las perspectivas de crecimiento a medio plazo de la economía española. Conviene también recordar que para que las subidas de impuestos ayuden realmente a contener el déficit se requiere que el nivel de fraude fiscal no aumente con dichas subidas y que no tengan un efecto detractor significativo sobre la demanda.

El problema importante en la economía española no es un posible retraso de unos trimestres en salir de la recesión, sino la posibilidad de no lograr un crecimiento sostenible a medio plazo. Esto requiere un cambio en la estructura productiva que genere mayor valor añadido. Para dicho cambio se necesita explotar de forma eficiente las ventajas comparativas existentes en la economía española y una dinámica empresarial que sepa buscar y desarrollar proyectos competitivos y rentables. Esto último requiere que existan las infraestructuras socioeconómicas y físicas pertinentes, la disponibilidad de mano de obra apropiada y el acceso a la financiación de los proyectos. La duda sobre la disponibilidad de mano de obra adecuadamente formada para las nuevas estructuras productivas no está despejada, y éste puede ser un cuello de botella importante para el desarrollo económico futuro, por lo que medidas educativas y sobre la investigación parecen urgentes. En la creación de las infraestructuras físicas necesarias posiblemente se está procediendo de forma razonable. En cuanto a las infraestructuras institucionales, el mercado de trabajo necesita una consideración particular.

La creación neta de puestos de trabajo es difícil que se produzca en 2010. Parece, pues, necesario reformar la institución del mercado de trabajo de forma ambiciosa, consensuada y relativamente rápida. Las reformas necesarias para reactivar el mercado de trabajo son inevitablemente el resultado de un proceso de negociación. Sin embargo, hay algunos hechos que no pueden ignorarse en dicho proceso.

1. El deterioro del mercado laboral se ha centrado en la parte meridional de la Península, donde la tasa de paro en algunas provincias se sitúa cerca del 30%. En cambio, en la parte septentrional, las tasas de paro se sitúan en niveles superiores pero no distantes del promedio de la zona euro. Por tanto, es necesario incentivar la movilidad de capitales y mano de obra dentro de España.

2. El global de los trabajadores españoles están asistidos por el subsidio de paro, pero no todos están igualmente protegidos frente a la pérdida del puesto de trabajo. Los asalariados con contrato indefinido, la única categoría que dispone de una protección activa de su puesto de trabajo, sólo representan el 50% de la población activa, porcentaje muy inferior al europeo. La reforma del mercado laboral requiere medidas que favorezcan la creación de empleo y que al mismo tiempo introduzcan hacia el futuro mayor homogeneización de las diferentes categorías de empleo.

3. La mayoría de trabajadores que ha perdido su puesto de trabajo en los últimos dos años ha sido expulsada de sectores sobredimensionados cuya recuperación a medio plazo es muy improbable. Se necesita un gran esfuerzo de recalificación de esta mano de obra que, para tener éxito, no puede ser genérico, sino que tiene que pasar por la creación de incentivos reales y efectivos tanto para los trabajadores como para las empresas.

Otro elemento de incertidumbre en la rentabilidad de los proyectos empresariales necesarios para salir de la crisis actual se refiere a la dinámica de precios y salarios. En cuanto a la inflación, que alcanzará un nivel anual medio negativo sobre el 0,3% en 2009, se espera que su tasa anual siga el repunte comenzado en el mes de noviembre y crezca lentamente durante 2010, proyectándose hacia una tasa media anual del 1.7%. En cuanto a los salarios nominales, se ha observado en 2009 una moderación pequeña en comparación con la magnitud de la crisis. En términos reales (ajustando los salarios con un índice de precios como el deflactor del PIB), el crecimiento de los costes laborales tanto por persona como unitarios se encuentra en los máximos de los últimos años, por lo que es necesaria una moderación de precios y salarios que no induzca en el corto plazo subidas apreciables de los salarios reales.

En conclusión, se espera que la economía española tenga una recuperación más lenta que el conjunto de la zona euro, pudiendo volver a tasas anuales de crecimiento positivas a finales de 2010. Esta tenue recuperación no será por sí sola garantía de un crecimiento sostenido posterior y posiblemente no será suficiente para generar confianza en los mercados internacionales. Existe un elenco de medidas y de reformas pendientes como las mencionadas anteriormente que no pueden posponerse.

Antoni Espasa y Emiliano Carluccio, Boletín de Inflación y Análisis Macroeconómico, UC3M

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