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Reportaje:

Cultura por omisión

Voces del teatro y el audiovisual critican la parálisis y los recortes de la nueva política cultural de la Xunta

Nada más acceder al cargo, el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, sostuvo en una entrevista que la cultura gallega "limita". No hubo explicación a mayores. Siete meses después, se le acumulan las pendencias. Y las críticas, centradas en la abolición del escenario anterior y la escasa resonancia de las alternativas. Las prioridades del dinero sí están claras: sólo los 79 millones destinados al programa de coordinación y promoción del turismo, aún por definir, absorben el 40% del presupuesto total de Cultura para 2010.

"Se puede hablar de falta de actividad si hablamos de montar saraos para promocionar la cultura", afirma el director de Promoción y Difusión Cultural, Francisco López. "El BNG tardó dos años en concebir una política al respecto, nosotros estamos por acrecentar de un modo callado y constante el tejido empresarial de nuestra industria cultural", añade.

Los organismos de cine, danza y teatro llevan meses descabezados
"El bipartito tardó dos años en concebir una política", replica la consellería

Como muestra de cercanía, López menciona el apoyo institucional en el último congreso sobre Ramón Piñeiro o el simposio sobre el libro digital, organizado por la Asociación Galega de Editores. En la anunciada presentación de las "líneas estratégicas" de Promoción y Difusión Cultural, a finales de noviembre, el conselleiro habló de "cambio gradual" en la política de subvenciones y desveló lo que parece ser un objetivo: potenciar el consumo cultural antes que la producción sin repercusión exterior, en la idea de escapar del "círculo vicioso" de las subvenciones.

Si los primeros diagnósticos sobre el peso relativo de la cultura gallega se realizaron durante la gestión de Miguel Martín al frente de la Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic), su aprovechamiento ahora se desconoce. Los primeros desgloses para 2010 se plantean como hechos consumados: todo el dinero de Agadic, 1,4 millones de euros, no llega a lo presupuestado por el Gobierno anterior sólo para el teatro y la danza.

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En ese ámbito, las prioridades se conocen por omisión. Con el Centro Dramático y el Centro Coreográfico descabezados, pendientes del concurso que restituya las direcciones artísticas, el presidente de Escena Galega, Ernesto Chao, resume la actualidad: "Las ayudas a la producción bajan un 24%, y nos retiran un 30% en la distribución". Estas últimas afectan a la Rede Galega de Teatros y Auditorios (RGTA), el medio centenar de espacios que hacen visible el teatro gallego en todo el territorio. "Los cachés de las compañías se pagaban al 50% entre Agadic y los ayuntamientos, y ahora Cultura quiere reducir su participación. Están matando la Rede, y anulando de hecho el Plan das Artes Escénicas", asegura.

Sobre el plan teatral, uno de los proyectos estrella de la anterior gestión -66 millones entre 2008 y 2011-, es explícito el actual director de Agadic, Juan Carlos Fasero: "Con la literatura estoy de acuerdo al 200%, pero se hizo en un momento muy optimista. El tema es ejecutarlo". "La crisis afecta tanto a General Motors como a la gente del teatro", arguye Fasero, que admite "recortes" en la Rede y la "necesidad" de nuevos informes de situación. "Estamos hablando con todos los sectores para tratar de mejorar las ayudas a la producción, no se va a hacer nada de forma unilateral".

La falta de diálogo no es un problema general, aunque se entiende por sectores. Pese al cambio de gobierno, en Patrimonio todavía no se han dado los pasos necesarios para reunir a la comisión técnica de arqueología, y de la reforma de la ley de 1995, nacida de espaldas a la comunidad científica e inamovible durante el bipartito, no se sabe nada. Cultura vende como novedad la tramitación de veinte nuevos castros como Ben de Interese Cultural, pero el trabajo se inició en 2008.

En este sentido, quizá el audiovisual ofrezca una síntesis. El sustituto de Ignacio Varela al frente del Consorcio -el organismo del que dependerá la gestión, dependiente de la Secretaría Xeral de Medios- todavía no se conoce, pero el dinero llega puntualmente a las productoras. A través de Agadic, el único ente -según afirmó Feijóo en julio- que no iba a tener competencias en el sector. "La situación es de preocupación, por muy cordial que sea el diálogo", señala Antón Reixa. Para el responsable del Clúster Audiovisual, "las diferencias del bipartito no se superaron en un gobierno monocolor, y ahora estamos perdiendo un tiempo precioso en un momento decisivo".

Ahora mismo, es posible que las productoras conozcan antes el nuevo pliego de ayudas para 2010 que al responsable del Consorcio. Según la actriz Comba Campoy (Tintimán Audiovisual), éste es otro escenario a revisar. "Llevamos siete meses sin política audiovisual", sintetiza. "El sector también debería hacer autocrítica".

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