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En el hoyo de la I+D

Las empresas valencianas apenas invierten en investigación y desarrollo

Primera mala noticia: las empresas valencianas invierten poco en I+D. Su gasto representa el 0,45% del PIB frente al 0,73% de la media española. Y España invierte, a su vez, la mitad que el promedio de la UE. Segunda mala noticia: la Comunidad Valenciana está a la cola de trabajadores ocupados en sectores de alta tecnología. En 2007 era la penúltima (sólo por delante de Murcia) y en 2008 subió un par de puestos. Pero sigue viendo desde muy lejos al grupo de cabeza: Madrid, País Vasco y Cataluña, y también a Aragón y Navarra.

La buena noticia es que la valenciana es la segunda autonomía con más ocupados en sectores de tecnología media (el 39,9%) a sólo cuatro décimas de la primera, el País Vasco. El dato lo aleja del hoyo de la baja intensidad tecnológica y la confirma como uno de los principales territorios industriales españoles. Pero plantea serias dudas de cara al futuro.

La valenciana es la segunda autonomía con más ocupados en tecnología media
La tecnología está más difundida en el uso que en la producción

"Tenemos poca actividad de alta tecnología y la que hay tiene dificultades", afirma Javier Quesada, catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València, y señala el caso de Celéstica, la empresa heredera de IBM en La Pobla de Vallbona (Camp de Turia), que ha recortado drásticamente su plantilla. "Por ahora vamos a seguir viviendo del turismo, la construcción y la cerámica", sigue, "pero hay que pensar en lo que ocurrirá dentro de 20 años o 30 años, y eso pasa por otros sectores". Ignacio Fernández de Lucio, director del Instituto Ingenio (del CSIC y la Politécnica de Valencia) y Premio Nacional de Transferencia Tecnológica, añade: "Aquí se podría haber desarrollado la biotecnología, porque se daban las condiciones empresariales y científicas adecuadas. Pero resulta que donde se está desarrollando es en el País Vasco, donde no había nada. La diferencia es que allí han apostado todos los actores implicados: empresarios, entorno científico, institutos tecnológicos y Gobierno autonómico".

¿A qué nos referimos al hablar de alta tecnología? A una lista más bien corta de industrias y servicios que publica el Instituto Nacional de Estadística, entre ellos: la industria farmacéutica; la producción de material informático, de componentes electrónicos, de aparatos audiovisuales, y de instrumentos médicos y de precisión; la construcción aeronáutica; los servicios de telecomunicaciones y los informáticos.El retraso empresarial en I+D y alta tecnología preocupa en las universidades, que se encuentran con un problema difícil de solventar: ¿a quién transfieren conocimiento? Y preocupa también en el mundo de los negocios, o al menos en una parte. El presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, José Vicente González, contó, en una reciente jornada de reflexión organizada por la patronal, que un empresario le había preguntado: "¿Por qué tenemos que preocuparnos tanto de la I+D si al final vamos a ser el geriátrico de Europa?". Hay que aprovechar las ventajas residenciales del territorio (la geografía, el clima), respondió González al auditorio, pero el futuro de la comunidad autónoma no puede quedarse en eso.

José Manuel Pastor, del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), habla de un círculo virtuoso: "Una región especializada en alta tecnología demanda capital humano. Y algunos de esos empleados acaban convirtiéndose en directivos y empresarios que apuestan por la alta tecnología y demandan más capital humano". Y en sentido contrario: "Si la región está centrada en la hostelería y la construcción, ese mismo capital humano encuentra problemas. Acaba insertándose laboralmente, pero no es aprovechado en toda su medida. El resultado es una productividad o, mejor dicho, una rentabilidad baja del capital humano, lo que supone una limitación de la capacidad a medio plazo".

¿Qué se puede esperar del futuro? Existen limitaciones. Una de ellas, señala Pastor, es el tamaño más bien pequeño de las empresas valencianas, lo que dificulta la inversión en I+D. Un cambio de modelo, agrega, exigiría tiempo y apoyo público.

Otra limitación es la realidad industrial. Las industrias ligeras de consumo valencianas, que suelen llamarse sectores tradicionales, nacieron como la evolución de una actividad artesanal: el mueble, el juguete, el calzado, explica Quesada; "En general, la gente continúa haciendo lo que hace hasta que ya no puede hacerlo. Por ejemplo, porque un país competidor te desplaza reventando los precios".

Quesada destaca que la tecnología está muy difundida en el uso pero muy concentrada en su producción. Y que la tendencia es cada vez más a que los países ricos la diseñen y los emergentes los fabriquen. "Por eso quizá lo importante sería incrementar el uso de alta tecnología en nuestra industria, que ya se ha modernizado mucho: poner siete pares de zapatos en París en una semana y ganar dinero es muy difícil. Y hacer pedidos pequeños de alta moda es un campo en el que los chinos no pueden competir". "Todo el mundo quiere hacer ahora aeronáutica y satélites. Y a lo mejor no puedes fabricar motores, porque los hacen Rolls Royce y empresas de ese tipo. Pero a lo mejor sí se pueden hacer los lavabos o los asientos. Cuando vas en un Airbus ves que aquello está lleno de aparatos".

¿Está el territorio a tiempo de dar un salto hacia la I+D y las actividades de alta tecnología? "Yo creo que siempre hay nichos", contesta Fernández de Lucio; "aquí, por ejemplo, hay empresas de nanotecnología, algunas muy interesantes, y la nanotecnología es un campo tan grande que algo siempre se puede hacer. Además, está relacionada con la biotecnología y eso permitiría integrarlas. Pero para eso hace falta tener una idea y creérsela. Y a mí me parece que aquí ni tenemos la idea, ni nos la creemos".

Celéstica, uno de los pocos ejemplos de alta tecnología.
Celéstica, uno de los pocos ejemplos de alta tecnología.TANIA CASTRO

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