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Santana cierra su peor ejercicio en 15 años y sin resolver su privatización

La factoría de Linares para hasta el 18 de enero con un ERE de ocho meses

Ginés Donaire

Santana Motor cerró ayer su factoría de Linares (Jaén) hasta el próximo 18 de enero. Lo hace cumpliendo lo estipulado en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) acordado entre dirección y sindicatos, pero también forzada por la escasa carga de trabajo (sólo 75 todoterrenos este mes) y los negros augurios para su futuro más inmediato. La única industria automovilística andaluza cierra así su peor ejercicio en 15 años, desde la crisis de 1994, y sin que la Junta de Andalucía -su propietaria- haya resuelto su privatización, una tarea que se va dilatando por el estancamiento del sector de la automoción.

"Podemos decir que hemos sobrevivido un año más, pero las previsiones para el futuro no son muy alentadoras". El presidente del comité de empresa de Santana, Pedro Gálvez, mostraba ayer, horas antes de que las cadenas de montaje se pararán hasta enero, la inquietud de los 378 trabajadores de Santana Militar, la rama automovilística que se mantiene en pie desde la creación de la factoría en 1956. La plantilla ha estado este año 21 semanas en situación de ERE y, cuando se incorporen a mediados del próximo enero, todavía tendrán que extender la regulación de empleo durante otras 36 semanas, algo más de ocho meses, en los que, eso sí, cobrarán un subsidio equivalente al 86% de su salario.

La planta sufre la falta de pedidos: sólo 75 todoterrenos este mes
"Hemos sobrevivido un año más", dice el presidente del comité de empresa

Santana apenas ha fabricado un millar de vehículos este año, frente a los más de 4.500 del ejercicio anterior. El pasado mes de octubre dijo adiós a la multinacional japonesa Suzuki tras 24 años como socio industrial y los 120 trabajadores que producían el todoterreno Jimny se integraron en la cadena de montaje del Massif, el modelo de Iveco que es ahora la única referencia industrial en la planta linarense. Sin embargo, las perspectivas para el segmento de los todoterrenos no son muy alentadoras -en octubre descendieron las matriculaciones un 10%- a corto y medio plazo. Los números de este año serán aún peores que los de 2008, cuando Santana rompió su tendencia a la reducción de las pérdidas con una caída de un 55% en las ventas de los modelos Massif y Jimny, lo que provocó unas pérdidas de 56,1 millones, frente a los 12,7 millones de 2007.

En todo caso, los trabajadores, según Pedro Gálvez, confían en una mejora de la coyuntura del mercado: "Nos hemos sacrificado y por eso esperamos que si aumenta la carga de trabajo se reduzca el periodo del ERE". La caída del mercado de las cuatro ruedas ha frenado el proceso de privatización emprendido por la compañía. El consejero de Innovación, Martín Soler, admitió recientemente que hay abiertas conversaciones con tres empresas internacionales, una de ellas ligada al sector de coches eléctricos, un segmento éste que tiene una demanda potencial en España de 100.000 coches anuales. Soler insistió en la necesidad de encontrar un socio industrial, tecnológico y comercial que haga a Santana "viable por sí misma, que procure nuevos productos, gestionen la planta y dé estabilidad al empleo".

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Mientras el presidente de Santana, Bienvenido Martínez -que sustituyó este verano a José Manuel Muriel- negocia con otros posibles socios industriales, los trabajadores apremian a la Junta a hacer efectiva la opción de compra que tiene el grupo Iveco y que vence en el último trimestre de este año.

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