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La patronal exige convenios más flexibles

González aboga por cláusulas de descuelge de la revisión salarial

Si sube la inflación, sube el salario. Y ¿si baja? La mayoría de los convenios que se negocian en la Comunidad Valenciana establecen los aumentos salariales en función de las previsiones de inflación que anuncia el Gobierno central cuando elabora los Presupuestos Generales del Estado. "Siempre se ha firmado tranquilamente el 2%, cuando todos sabíamos que la inflación al final del ejercicio sería muy superior", comentó ayer Manuel Luque, profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad Pompeu Fabra, "pero ¿qué sucede cuando el IPC no llega al 2%, como sucedió el año pasado?". La apuesta de la patronal pasa por establecer cláusulas de "descuelgue" de los acuerdo salariales, paralelas e inversas a las cláusulas de revisión salarial por las que han luchado los sindicatos para garantizar que los sueldos no crecieran por debajo del IPC.

"El convenio no pueden ser ajeno al plan de negocio de la empresa"

Luque y Javier Molina, socio de Cuatrecases, presentaron en la sede de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) un estudio sobre 179 convenios sectoriales o pactados en empresas entre 2004 y 2007 en toda la Comunidad Valenciana, que persigue ofrecer a los empresarios una guía de buenas prácticas para convertir la negociación colectiva en "un instrumento que contribuya a lograr los objetivos de la empresa", en palabras de Molina.

José Vicente González, presidente de la patronal provincial, defendió la conveniencia de "adaptar las condiciones laborales a las necesidades productivas para que, mediante el diálogo social, se alcance mayor eficiencia, competitividad y productividad en las empresas". González sugirió que las cláusulas de descuelgue de los acuerdos salariales también deberían aplicarse "por la reducción de un tanto por cien determinado de la facturación o la producción de la empresa en cualquier momento durante la vigencia del convenio". "Mejor reducir los salarios que tener que cerrar y dejar a los empleados en el paro", sintetizó González.

Luque y Molina pusieron sobre la mesa toda una serie de inconsistencias que suelen arrastrar los convenios colectivos, "lastrados" por una legislación anticuada y por la falta de actualización. "Empresas y sindicatos se sientan a negociar año tras año y apenas tocan los salarios", comentó Molina, "pero la negociación colectiva no puede ser ajena al plan de negocio de una empresa y es un filón".

Los técnicos contratados por la patronal proponen una regulación flexible de la jornada laboral para adaptarla a las necesidades de producción de cada empresa; una simplificación de las nóminas para que sólo contengan un sueldo base, un complemento personal y otro por puesto de trabajo; y una mucha flexibilidad en los plazos de vigencia de los acuerdos colectivos o de partes sustanciales de ellos.

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