Arcelor congela el anunciado Centro de Investigación del Acero

El gigante siderúrgico Arcelor Mittal no es ajeno a la crisis. La multinacional ha comunicado al Gobierno vasco que es necesario redefinir el convenio firmado en septiembre del pasado año para poner en marcha a medias en Vizcaya el Centro de Investigación del Acero, con una inversión conjunta de 100 millones de euros.

El acuerdo para crear esa infraestructura de investigación, se cerró en setiembre de 2008 entre el entonces lehendakari Juan José Ibarretxe, el vicepresidente de I+D de Arcelor-Mittal, Gregory Ludkovsky, y Gonzalo Urquijo, uno de los directores generales del grupo. Quince meses después, según señala el Departamento de Industria en una respuesta parlamentaria, la multinacional del acero, que ha mantenido contactos con el nuevo Ejecutivo en junio y septiembre, quiere renegociar ese acuerdo. El consejero de Industria, Bernabé Unda, asegura que "Arcelor ha solicitado la congelación momentánea" del proyecto de centro propio de I+D, dada la particular virulencia de la crisis, y aplazar hasta 2010 la redefinición del mismo.

Industria confirmó ayer mismo que está a la espera de una reunión, de momento sin fecha, para retomar la iniciativa. Fuentes del departamento rechazaron que no exista en los presupuestos para 2010 consignación para ese proyecto: "No hay una partida concreta, pero el gasto está contabilizado en otra general". Fuentes de Arcelor afirmaron que el embrión del centro está ya cogiendo forma en unas oficinas de alquiler en el Parque Tecnológico de Zamudio y que se están haciendo contrataciones, pero con un ritmo sensiblemente inferior al deseado.

La mala situación del mercado está obligando al gigante siderometalúrgico a frenar la producción y plantear expedientes de regulación en muchas plantas. Arcelor Mittal registró unas pérdidas de 607 millones de euros en los nueve primeros meses del año, que contrastan con el beneficio de 7.900 millones del mismo periodo del año pasado.

La empresa espera remontar sus resultados en 2010 ante la evidente recuperación de los principales motores económicos de Europa, como Alemania y Francia, y potencias como China e India.

El centro iba a tener una plantilla de 45 investigadores y Arcelor se había decidido por Vizcaya por la tradición metalúrgica de la provincia. La infraestructura estaba llamada, además, a tener una trascendencia internacional, ya que tendría dimensión y capacidad suficiente para participar y competir en programas de investigación regionales, nacionales e internacionales, y para colaborar con distintas entidades, como otros centros de I+D del acero o las plantas productivas del propio grupo. Arcelor dedica unos 200 millones de euros al año a I+D.